Lección 6
La Bendita Persona y Obra de
Dios el Espíritu Santo
El Bautismo del Espíritu
El pasaje
clave sobre el bautismo del Espíritu se encuentra en 1 Corintios 12:13—“Porque
por un solo _______________ fuimos todos __________________ (sumergidos,
colocados) en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a
todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.” El “un cuerpo” del que se habla
en este versículo se refiere a la Iglesia.
“Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por _____________ sobre
todas las cosas a la ______________, la cual es su ___________, la plenitud de
de Aquel que todo lo llena en todo” (Efesios 1:22-23). “Y Él es la ______________ del __________ que
es la _____________” (Colosenses 1:18). La iglesia es definida como el cuerpo
de Cristo, y Cristo es la Cabeza de ese cuerpo.
El
bautismo del Espíritu es definido en 1
Corintios 12:13 como esa obra de Dios mediante la cual los creyentes son
bautizados (sumergidos, colocados) en el Cuerpo de Cristo, la Iglesia. ¿Cómo
llega entonces el creyente a ser miembro del cuerpo de Cristo? Por el bautismo
del Espíritu.
Nota: Algunos grupos bautistas enseñan que 1 Corintios 12:13 se refiere al
bautismo en agua. Ellos dicen que cuando una persona es bautizada en agua,
entonces es integrada a la iglesia
local. Ellos interpretan “un cuerpo” como “la iglesia local” (ellos niegan que
existe una Iglesia universal). De modo
que dicen que el bautismo en agua es el medio por el cual una persona es puesta
en la iglesia local (la iglesia local está pues formada por creyentes que
fueron sumergidos en agua). Sin embargo,
el versículo no dice nada sobre agua. Dice simplemente que el creyente es
bautizado o colocado en un cuerpo. No dice que es bautizado en agua. Este
bautismo del Espíritu sucede en el momento de la salvación, no en el momento
del bautismo en agua. El Señor añade cada día a la Iglesia los que han de ser
salvos (Hechos 2:47). No dice que el Señor añade cada día a la Iglesia los que
han de ser bautizados. Tan pronto como una persona es salva, es añadida a la
Iglesia, el cuerpo de Cristo. En Hechos 5:14 leemos que “los que creían en el
Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres.” Esto implica
nuevamente que en el momento en que una persona cree (no en el momento en que
es bautizada en agua) es añadida al Señor y al cuerpo del Señor, la Iglesia.
Así, este
pasaje nos provee la clave para dar respuesta a la importante pregunta de
cuándo comenzó la Iglesia. Si podemos determinar cuándo comenzó el bautismo del
Espíritu, entonces podemos saber cuando comenzó la Iglesia. ¿Cuándo fue la
primera vez que Dios bautizó creyentes en Su cuerpo? ¿Cuándo fue la primera vez
en que creyentes fueron puestos en el cuerpo de Cristo? Al dar respuesta a
esto, determinamos el día en que comenzó la iglesia.
El bautismo
del Espíritu fue predicho primero por Juan el Bautista en Mateo 3:11 (y en los
pasajes paralelos: Marcos 1:8; Lucas 3:16; Juan 1:33):
“Yo a la verdad os bautizo en _____________ para arrepentimiento; pero el
que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que
yo; Él os bautizará en
______________ __________ y en fuego” (Mateo 3:11; comparar Marcos 1:8; Lucas
3:16: Juan 1:33).
El bautismo
de Juan era un bautismo en agua (“yo os bautizo en agua”); el bautismo de
Cristo sería un bautizo espiritual (“Él os bautizará en Espíritu Santo”). El
“bautismo en fuego es para los no salvos e implica juicio. Este “bautismo en
fuego” es aún futuro (ver Mateo 3:12).
Nótese la
frase “Él os bautizará en Espíritu Santo.” El verbo “bautizará” está en tiempo
futuro, lo que indica que el bautismo del Espíritu aun no había tenido lugar
cuando Juan el Bautista dijo estas palabras. Juan estaba prediciendo que
ocurriría en el futuro, pero no predijo exactamente cuándo sucedería. Nótese
también que Cristo es el que bautiza. Él
es Aquel que colocará a los creyentes en el cuerpo de Cristo. Él es
Aquel que edificará Su Iglesia (Mateo 16:18). Cristo es también el que bautiza
en 1 Corintios 12:13, como mostraremos más adelante.
El Señor
Jesús dijo en Mateo 16:18, “______________ Mi Iglesia.” El tiempo futuro del
verbo indica que la edificación de la iglesia no había comenzado aún cuando
Jesús dijo estas palabras. Él no dijo, “He edificado Mi Iglesia.” Él no dijo,
“Estoy edificando Mi Iglesia.” No, el proyecto de edificación no había
comenzado aún, de modo que la Iglesia era algo aún futuro. Cuando Jesús dijo
las palabras de Mateo 16:18 la Iglesia todavía no había comenzado.
Hoy día,
Cristo está edificando Su iglesia. Él está añadiendo a la ___________ cada día
los que han de ser ____________ (ver Hechos 2:47). Pero la pregunta es ¿cuándo
comenzó la construcción de este edificio?
En Hechos
1:5 el Señor Jesús predijo que el
bautismo del Espíritu era aún futuro:
“Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados
con el Espíritu Santo dentro de no muchos ________” (Hechos 1:5).
De acuerdo
con lo predicho por nuestro Señor, el bautismo del Espíritu aún no había tenido
lugar, aunque sucedería pronto. Nadie había sido aún sumergido en el cuerpo de
Cristo. De modo que la Iglesia no puede haber comenzado antes de Hechos 1:5.
Cuando Jesús dijo las palabras de Hechos 1:5, Su muerte y resurrección ya
habían tenido lugar, sin embargo, el bautismo del Espíritu todavía no había
sucedido, el Espíritu Santo aún no había venido y la Iglesia aún no había sido
formada. Pero el anuncio de Hechos 1:5 era muy significativo porque Jesús dijo
que el bautismo del Espíritu tendría lugar “dentro de no muchos días” (en no
muchos días más). Esto significa que sucedería pronto, en cosa de días. De
hecho, como veremos, sucedió exactamente 10 días después, el Día de
Pentecostés.
El Día de
Pentecostés y los eventos extraordinarios que sucedieron ese día están
descritos en Hechos capítulo 2. En este capítulo no se menciona específicamente
el bautismo del Espíritu. No es hasta en Hechos el capítulo 11 que se nos dice
específicamente que el bautismo del Espíritu tuvo lugar el Día de Pentecostés:
“Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como
sobre nosotros al _______________ (el Día de Pentecostés). Entonces me acordé
de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, mas
vosotros seréis _______________ con el Espíritu Santo” (Hechos 11:15-16). En
vista de las claras palabras de este pasaje sabemos que el bautismo del
Espíritu tuvo lugar por primera vez el Día de Pentecostés. Fue ese día cuando
por primera vez los creyentes fueron colocados en el cuerpo de Cristo. Fue
entonces cuando la Iglesia tuvo su comienzo.
Hechos
2 Los judíos
fueron puestos en el cuerpo de Cristo Hechos
8 Los
samaritanos (medio-judíos, medio-gentiles) fueron puestos
en el cuerpo de Cristo Hechos
10 Los gentiles fueron
puestos en el cuerpo de Cristo |
Pero alguien
puede objetar y decir, “El bautismo del Espíritu mencionado en Mateo 3:11 y
Hechos 1:5 es diferente del bautismo del Espíritu mencionado en 1 Corintios
12:13. En Mateo 3:11 y Hechos 1:5 es Cristo el que bautiza, pero en 1 Corintios
12:13 el que bautiza es el Espíritu Santo. Al leer la traducción de la Biblia
podría parecer así, pero en griego la construcción de Mateo 3:11 y Hechos 1:5
es idéntica a 1 Corintio 12:13, como lo ilustra el siguiente diagrama.
Pasaje |
Construcción
en Griego |
Mateo 3:11 |
ÉL (Cristo) os
bautizará en (con) Espíritu Santo |
Hechos 1:5 |
Seréis bautizados
(por Cristo-Mateo 3:11) con (en) el Espíritu Santo |
Hechos 11:16 |
Vosotros seréis bautizados
(por Cristo-Mateo 3:11) con (en) el Espíritu Santo |
1 Co. 12:13 |
Todos fuimos
bautizados (por Cristo-Mateo 3:11) por (con) un Espíritu en un cuerpo |
En 1
Corintios 12:13 fue alterado el orden de las palabras para mostrar que en
griego se usó la misma construcción. En la versión Reina Valera 1960 la
preposición en fue traducida “por un
Espíritu” (1 Co.12:13) lo cual ha llevado a algunos a asumir erróneamente que
el que bautiza es el Espíritu. Pero el pasaje debe ser entendido así: “Con (en)
un Espíritu fuimos todos bautizados (por Cristo) en un cuerpo (el cuerpo de
Cristo, Su Iglesia).”
Cristo no
solo nos puso en Su cuerpo, sino también nos sumergió en el Espíritu Santo.
“Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos
o griegos, sean esclavos o libres; y a
todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu” (1 Corintios 12:13). Hemos
participado plenamente en la recepción del Espíritu Santo con todas las
abundantes bendiciones que acompañan esta recepción:
“No por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual (las palabras “el cual”
se refieren al Espíritu Santo) derramó
en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador” (Tito 3:5-6).
“…habiendo recibido del Padre la
promesa del Espíritu Santo” (Hechos 2:33).
“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en
él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún
glorificado.” (Juan 7:38-39).
Alabado sea
el Señor, el Consolador ha venido. La promesa del Padre fue entregada. El
bautismo del Espíritu comenzó en Pentecostés y continúa hasta el día de hoy,
cuando una persona cree en Cristo.
Si has
recibido al Señor Jesucristo como tu Salvador (Juan 1:12), ¿estás agradecido de
ser miembro del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:27)? La gente habla de “ir a la iglesia”,
pero ¿te has dado cuenta que tú eres la Iglesia? Cuando te veas a ti mismo como
parte del cuerpo de Cristo, esto hará una gran diferencia en tu vida cristiana.
Dios te ha unido de manera vital con tu Cabeza, el Señor Jesucristo (Efesios
5:30-32), y Dios te ha unido de manera vital con todo creyente en el Cuerpo. La
Iglesia no es una organización; es un organismo vivo, que late con la vida de
Dios mismo (Colosenses 1:27; Gálatas 2:20).
Importantes Consideraciones
Gramaticales
Ya hemos
demostrado que la construcción gramatical de 1 Corintios 12:13 es idéntica a
los pasajes sobre el bautismo del Espíritu que se encuentran en los evangelios
y en Hechos. En cada uno de estos pasajes hemos visto que Cristo es el que
bautiza y que ÉL bautizó en (griego: en)
el Espíritu Santo (con o por medio del Espíritu Santo).
Es posible
que ambos, Cristo y el Espíritu lleven a cabo el bautismo. Cristo puede haber
bautizado a los creyentes en el cuerpo permitiendo que el Espíritu realice esta
obra. Esto está ilustrado en Juan 4:1-2. En Juan 4:1 dice que Jesús bautizaba más discípulos que Juan
el Bautista. En Juan 4:2 vemos que Jesús Mismo no bautizaba a nadie. ¿Cómo
podía Él bautizar a muchos, pero no
bautizar a ninguno? La respuesta es que Jesús bautizó a muchos discípulos, pero
lo hizo permitiendo que fueran Sus discípulos los que llevaban a cabo el acto
de bautizar. Es posible que este fuera el caso en 1 Corintios 12:13. Jesucristo
es el que bautiza (en vista de Mateo 3:11; Hechos 1:5, etc.) pero en los
hechos, es el Espíritu Santo el que lleva a cabo el bautismo. El Espíritu Santo
era el instrumento que Cristo usaba para llevar a cabo Su acto de bautizar.
Este concepto no es extraño en las epístolas del Nuevo Testamento. Todos
estamos de acuerdo que Jesús salva, sin embargo el que lleva a cabo la obra de
salvación es el Espíritu de Dios (ver 1 Corintios 6:11).
Es
ciertamente apropiado decir que Cristo sumerge a Sus creyentes en el cuerpo de
Cristo y que tiene el derecho de ser considerado el Bautizador. En Mateo 16:18
leemos que es Cristo Mismo el que edificará Su Iglesia. En Hechos 2:47 leemos
que es el Señor (Jesucristo) quien añade cada día a la iglesia los que han de
ser salvos. Considera también Hechos 2:33 donde el Señor Jesús es el que
derrama el Espíritu. El Señor Jesús, en perfecta cooperación con la bendita
Persona del Espíritu Santo lleva a cabo esta gran obra, para alabanza de la
gloria de Su gracia.
Bautizado en
Jesucristo
Los
creyentes se encuentran en una gloriosa posición. Ellos están en Cristo. Ellos están en el amado Hijo
de Dios: “De modo que si alguno está _____ _________, nueva criatura es; las
cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas” (2 Corintios 5:17).
“Ahora,
pues, ninguna condenación hay para los que están _____ Cristo Jesús” (Romanos
8:1).
¿Cómo
entraron los creyentes a esta posición? ¿Cómo llega a estar en el Hijo de Dios
una persona salva? Esto sucede por medio de un bautismo espiritual (no por
bautismo en agua). Esto sucede en el momento en que una persona es salva. Ese
es el instante en que Dios pone al creyente en Su Hijo:
Gálatas
capítulo 3:
26: Pues
todos sois hijos de Dios por la ______ en Cristo Jesús.
27: Porque
todos los que habéis sido ________________ (inmersos, puestos) en Cristo, de
Cristo estáis revestidos.
28: Ya no hay
judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos
vosotros sois uno ______ Cristo Jesús” (Gálatas 3:26-28).
Romanos
capítulo 6:
3: ¿O no
sabéis que todos los que hemos sido _______________ (inmersos, puestos) en
__________ ___________, hemos sido bautizados en su muerte?
4: Porque
somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que
como Cristo resucitó de los muertos por
la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
5: Porque si
fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo
seremos en la de su resurrección (Romanos 6:3-5).
El bautismo
en agua es un bautismo simbólico que ilustra el verdadero bautismo que tiene
lugar en el momento en que una persona es salva. En el momento en que una
persona ejerce la fe salvadora, una persona es bautizada o colocada en Cristo
Jesús, con el resultado de que ahora la persona está “en Cristo.” Este
verdadero bautismo es ilustrado debajo:
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El Resultado |
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Por cuanto
el creyente ha sido bautizado en Cristo Jesús (Gálatas 3:27; Romanos 6:3), esto
significa que también ha sido
1) bautizado en Su muerte (Romanos 6:3)
2) bautizado en Su sepultura (Romanos 6:4)
3) bautizado en Su resurrección (Romanos 6:4-5)
4) bautizado en Su Cuerpo, la Iglesia (1 Corintios
12:13).
En otras palabras, el creyente ha sido identificado
totalmente con Jesucristo, al punto de que el Señor Jesús pudo decir a Saulo de
Tarso, “¿Porqué _____ persigues?” (Hechos 9:4). Sabemos que Pablo perseguía a
los creyentes (1 Corintios 15:9). Por qué dijo entonces Jesús, “¿Porqué me
persigues?” Cuando el Cuerpo sufre, la Cabeza lo siente.
El bautismo en agua es entonces un cuadro de esta
gloriosa relación y posición que el creyente tiene EN CRISTO. De modo que yo
(como creyente) puedo decir lo siguiente:
1)
Porque estoy EN CRISTO, he sido identificado con Él en Su muerte, sepultura y
resurrección (Romanos 6:3-4), de modo que el bautismo en agua es una
ilustración del hecho que morí con Él (en cuanto a mi vida antigua) y que
ahora comparto Su vida resucitada (Gálatas 2:20). 2)
Porque estoy EN CRISTO, soy una nueva criatura en Él (2 Corintios 5:17), de
modo que el bautismo en agua debe representar el hecho de que ya no quiero
vivir para mí mismo, sino para quien murió y resucitó por mí (2 Corintios
5:15). 3)
Porque estoy EN CRISTO soy un miembro de Su Cuerpo, la Iglesia (1 Corintios
12:13) de modo que el bautismo en agua da testimonio del hecho de que ahora
soy un miembro del cuerpo de Cristo y que me identifico con la asamblea local
de creyentes (comparar Hechos 2:41-42). 4)
Porque estoy EN CRISTO tengo el total perdón de mis pecados (Efesios 1:7), de
modo que el bautismo en agua es una ilustración simbólica de que mis pecados
han sido lavados (comparar Hechos 2:38; 22:16). 5)
Porque estoy EN CRISTO, ya no estoy bajo condenación (Romanos 8:1), de modo
que con el bautismo en agua doy testimonio que estoy libre de culpa y que
tengo una buena conciencia hacia Dios (1 Pedro 3:21). |
El Significado Práctico del Bautismo del Espíritu
1. He sido puesto en Su Cuerpo. Estoy vitalmente unido a
mi Cabeza, el Señor Jesucristo, quien es mi Vida (Colosenses 3:3-4). Estoy
unido vitalmente a mis hermanos y hermanas en Cristo. Formo parte de un
organismo vivo, palpito con la vida de Dios.
2. Estoy eternamente salvo y seguro en Cristo para
siempre. Para que yo perdiera mi salvación, alguien tendría que quitarme del
cuerpo de Cristo (removerme del Cuerpo). Esto jamás podrá suceder.
3. El hecho de que he sido bautizado con el Espíritu
debería fomentar la unidad Cristiana. Hay “un Cuerpo” y “un Espíritu” y “un
bautismo” (Efesios 4:4-6). Cada creyente comprado con la sangre de Cristo ha
sido puesto en el Cuerpo de Cristo y somos miembros de la misma Iglesia.
Estamos unidos con la misma Cabeza. Hemos sido salvos por la misma sangre. El
mismo Espíritu mora en nosotros. Somos hijos del mismo Padre Celestial. Somos
estudiantes del mismo Libro (“una fe”). Participamos de la misma vida. Estamos
aguardando la misma esperanza bienaventurada. Es una bendita unidad y una
preciosa unión.
4. El Espíritu me lleva a una posición nueva y gloriosa.
Ver nuestro estudio Qué Significa Estar en Cristo.
5. El bautismo del Espíritu me identifica con Cristo en
Su muerte, sepultura y resurrección. La obra que Cristo realizó por mí llega a
ser muy personal. Su muerte, llega a ser la mía. Su vida llega a ser mía. Yo
morí con Él y vivo con ÉL y Él vive en mí (Gálatas 2:20).