José y Ester Lección 3 (José) Génesis 37, 39 |
José—Un
Esclavo Llevado a Egipto
Los hermanos de José lo
vendieron por veinte piezas de plata (Génesis 37:18). Este era el precio normal
para un esclavo joven. Ver Levítico 27:5 (un varón entre 5 y 20 años), Éxodo
21:32 (el precio de un esclavo adulto). Ver también Mateo 26:15 (el precio que
se le pagó a Judas por traicionar al Señor Jesucristo).
Los ismaelitas y los
madianitas eran descendientes (probablemente los nietos) de Ismael (Génesis
16:1-2,11) y Madián (Génesis 25:1-2), que eran ambos hijos de A_______________.
[Comparar con Jueces 8:22,24 donde ambos términos son usados de manera
intercambiable. Esta gente probablemente vivía junta y se casaban entre ellos).
Los hermanos de José vendieron
a José a Egipto para que sus sueños nunca se hicieran realidad (Génesis 37:20).
Pero lo que ellos hicieron resultó en el cumplimiento de sus sueños. Los hijos
de Israel lograron deshacerse de José-lo vendieron a Egipto- pero esto mismo
resultó en su salvación (Génesis 50:20).
De igual modo los hijos de Israel
lograron deshacerse de Cristo-
lo clavaron a una cruz- pero esto
mismo resultó en su salvación
(Hechos 2:22-24,40; 3:13-15, 19,26;
4:11-12).
José, un adolescente, no
entendía lo que le estaba sucediendo. Mientras estuvo en la cisterna, sufrió
mucha angustia de alma (intenso sufrimiento mental, tristeza y aflicción). El
suplicó a sus hermanos mayores y rogó por su misericordia y favor, pero ellos
no quisieron escuchar (ver Génesis 42:21).
Los sueños de José de ser
exaltado por sobre sus hermanos parecían haberse esfumado. No se dio cuenta,
como nosotros muchas veces tampoco nos damos cuenta, que el camino hacia arriba
es, a menudo, el camino hacia abajo (Lucas 18:14; 1 Pedro 5:6). Antes de que
José pudiera llegar a palacio, primero tenía que descender a una cisterna y
luego a una prisión. Mientras José se dirigía hacia Egipto, preso y confuso,
una cosa era cierta:
D______ E___________
C_____ E____
(Hechos 7:9)
Sueños y
vestidos pueden molestar al resto (de la familia).
Pero no te
deprimas, todo estará bien.
Puedes
descender (al pozo o a Egipto).
Pero debes
saber esto: el propósito de
Dios es darte
nada menos que lo mejor.
José y
Potifar (Génesis 39:1-6)
José fue llevado a Egipto y
fue comprado como esclavo por Potifar (Génesis 39:1). Empezó a servir como
esclavo a su nuevo dueño y señor (Potifar).
¿Qué es un esclavo? ¿Cómo sería tener un amo? Como esclavo, ¿puedes hacer
lo que quieres o tienes que hacer lo que tu amo quiere que hagas? ¿Puedes
planificar tus actividades del día o las planifica tu amo para ti? ¿Serías el
dueño de tu vida o es otro el jefe? Algunos dueños de esclavos (amos) eran muy
crueles y les hacían la vida miserable a sus esclavos. Otros dueños de esclavos
eran amables y le hacían agradable la vida a sus esclavos. Algunos esclavos ni
siquiera querían salir libres. ¿Por qué no? (Ver Éxodo 21:5)
La Biblia nos dice que los creyentes son esclavos (siervos) del Señor
Jesucristo. Tenemos un “A______ que está en el cielo” (Efesios 6:9). ¿Has sido
comprado (1 Corintios 6:19-20; 1 Pedro 1:18-19)? ¿Qué significa esto? ¿A Quién
perteneces ahora? ¿A Quién pertenece tu cuerpo? ¿Quién es tu Amo y Señor? ¿Qué
clase de Amo es ÉL? ¿Es esta una esclavitud terrible o una esclavitud
maravillosa? ¿Quieres hacer lo que te plazca o quieres agradar a tu Señor?
Comienzas cada día diciendo, “Señor, ¿qué quieres que haga?” (Salmo 116:16).
Estas son algunas cosas que
debemos recordar en cuanto a los esclavos:
La Biblia dice que antes
éramos esclavos del pecado (Romanos 6:20), pero que ahora somos siervos de Dios
(Romanos 6:22; 1:1). Toda persona es
un esclavo. La persona es un esclavo del pecado o es un siervo de Dios. ¿Cómo
muestra el pecado su poder sobre la gente?
¿Qué significa ser un siervo
del Señor Jesucristo? ¿Qué clase de Amo es ÉL? ¿Es cruel e injusto o es benigno
y justo? ¿Eres de ÉL? ¿Le perteneces a ÉL? ¿Eres libre de hacer lo que quieras?
¿Cuántas horas al día debe un cristiano servir a Cristo?
Que Dios nos ayude a disfrutar
de esta maravillosa esclavitud y a ser fieles siervos de nuestro bendito
Maestro.
* *
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* * *
José tenía diecisiete años,
estaba en un país extranjero y desconocido, y estaba lejos de su familia y de
sus amigos. Estaba lejos de su hogar y lejos de cualquiera que creyera en su
Dios. José estaba en un país diferente, con un lenguaje diferente y una cultura
diferente. Estaba solo, pero no estaba solo—Dios ya estaba allí.
No importa donde nos encontremos,
podemos saber que Dios ya está allí. Nunca está lejos para ayudarnos si le
invocamos de veras (Salmo 145:18). Si confiamos en ÉL, podemos saber que
cualquiera sea nuestra prueba o dificultad, ÉL está allí para ayudarnos: “Para
esta situación tenemos al Señor Jesús; y para esta situación ÉL nos tiene a
nosotros.”
El poderoso rey de Egipto era el Faraón.
Potifar era uno de los oficiales más importantes de Faraón. Era el capitán de
la guardia de Faraón. Estaba a cargo de los guardaespaldas de Faraón, los
hombres que tenían la responsabilidad de proteger al rey de Egipto (Génesis
39:1).
¿Quién tenía la
responsabilidad de proteger a José (39:2)? ________ El Señor estaba con él
(Hechos 7:9). José descendió a Egipto y su Dios ya estaba allí (comparar Juan
10:4).
¿Preferirías estar con José en Egipto
con Dios o con sus hermanos en la tierra prometida con los vestidos teñidos de
sangre en sus manos y con inmensa culpa en sus almas? “A cualquier parte con
Jesús puedo ir” (Jessie Pounds).
Comparar Josué 1:9.
José tenía un excelente
testimonio y comportamiento ante su amo Potifar. Potifar podía ver que Dios
estaba C_____ E____ (Génesis 39:3). Potifar no podía ver a Dios (1 Juan 4:12),
pero podía ver la evidencia de la presencia de Dios en la vida de José.
La gente te está mirando. ¿Está Dios
contigo? ¿Pueden verlo tus amigos? ¿Lo saben tus profesores y compañeros?
¿Pueden ver esto tus padres, hermanos y hermanas? ¿Cuál es la evidencia de que
Dios está contigo, si es que lo está?
José era fiel al Señor y a su
amo (Génesis 39:4). No estaba demasiado preocupado por su futuro, sino se
preocupaba de realizar bien su trabajo de cada día. Nuestro Señor dijo, “Buscad
P____________________ el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os
serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana (no te preocupes
por el día de mañana), porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día
su propio mal” (Mateo 6:33-34).
José puede haber pensado, “Si
Dios me envió (ver Génesis 45:7) a
Egipto como esclavo, entonces seré el mejor esclavo posible para la gloria de
Dios.”
Si el plan de Dios es que ahora seas
un estudiante en tu escuela, entonces puedes decir, “Con la ayuda de Dios, seré
el mejor estudiante para la gloria de Dios.” Si Dios te ha puesto en tu familia
como hijo y hermano, o como hija y hermana, entonces puedes tratar de ser el
mejor miembro de la familia, para la gloria de Dios. Saber que somos parte del
plan de Dios hace una gran diferencia en cómo vemos nuestra situación.
Potifar podía confiar en José
para cualquier cosa. Podía depender completamente de su fiel esclavo. Si todo
lo que tenía estaba en las manos de José (Génesis 39:4,6), entonces Potifar no
necesitaba preocuparse por todo lo que le pertenecía. Mientras José fuera el
responsable, Potifar podía relajarse. Potifar siempre podía contar con la
responsabilidad de José y José nunca lo defraudó. Incluso ante una gran
tentación personal, José permaneció leal y honesto a su amo (Génesis 39:8-9).
¿Pueden tus padres confiar
completamente en ti? Cuando te encomiendan alguna cosa (como tareas o
quehaceres o el cuidado de tu hermano o hermana menor), ¿se preocupan o se
relajan? ¿Los defraudas o les compruebas una y otra vez de que pueden contar
contigo? Cuando tus padres confían en ti, ¿se decepcionan de ti? Recuerda,
ganas libertad y privilegios siendo confiable en las cosas pequeñas. “El que es
fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel…” Lucas 16:10.
Supongamos que tus padres te piden
que vayas al almacén a buscar algunas cosas para ellos. Te dicen que te quieren
de regreso en una hora. Después de adquirir las cosas, decides ir a casa de tu
amigo para pasar algún tiempo con él. Te quedas dos horas en casa de tu amigo.
Cuando finalmente llegas a casa, estás muy retrasado. ¿Estarán tus padres
dispuestos a enviarte hacer alguna diligencia la próxima vez? Si queremos que
nuestros padres nos den libertad y privilegios, entonces debemos demostrarles
que pueden contar con nosotros y que no los defraudaremos. Si tus padres te dan
algún dinero y ven que lo has gastado todo en golosinas y comida chatarra, lo
pensarán dos veces antes de darte dinero la próxima vez. Por otra parte, si
saben que has usado sabiamente tu dinero, incluso que has ahorrado algo,
entonces se sentirán más confiados al poner más dinero en tus manos.
José no era solamente un
esclavo, era un mayordomo. Un mayordomo es alguien que administra y cuida la
propiedad y los bienes de otro (Génesis 39:4-6). ¿Cuál es el principal
requisito para un mayordomo (1 Corintios 4:2; Lucas 16:10)?
a. Buena
presencia
b.
Inteligencia
c. Una
personalidad agradable
d. Fidelidad
(confiabilidad)
¿Cumplía José con estos
requisitos?
Como cristiano (si realmente eres
salvo) eres un mayordomo. ¿Qué te ha dado Dios para que lo administres y cuides
(1 Corintios 6:19-20)? ¿Cumples con el principal requisito de un mayordomo?
El Señor, en Su bondad, hacía
prosperar a José. Dios le hizo tener éxito (Génesis 39:2-3). El Señor le dio a
José el “toque de Midas”—todo lo que tocaba se volvía una bendición. La
bendición de Dios sobre José era tan grande que se derramaba sobre Potifar y
sobre todo lo que tenía (Génesis 39:5). Comparar con la bendición de Dios sobre
Jacob como se ve en Génesis 30:27. El Señor hizo avanzar y prosperar tanto a
José que, fuera de su amo, no había otro mayor que él en la casa de Potifar
(Génesis 39:9).
¿Puede el
Señor hacerte prosperar y tener éxito en tus tareas escolares? ¿Pueden las
bendiciones de Dios sobre tu vida derramarse sobre otros? ¿Cuál es el secreto de Dios para tener éxito (Josué 2:7-8; Salmo 1:1-3)?
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Desde el punto de vista humano,
a José le sucedieron algunas cosas terribles. Fue odiado por sus hermanos,
echado en una cisterna y vendido como esclavo. Se encontró lejos de casa, en un
país extraño, sin familiares o amigos. Estas circunstancias eran muy difíciles
para un adolescente, pero Dios estaba
con él.
Asegúrate de que las circunstancias
no te dominen o controlen. Teme al Señor y deja el control en Sus manos, para
que tengas paz, sin importar lo que suceda a tu alrededor. Las personas, los
lugares y las cosas pueden cambiar alrededor tuyo, pero el Dios que mora en ti,
siempre es el mismo. Con calor o con frío, con lluvia o con sol, puedes ser
siempre el mismo, a pesar del tiempo. El “Hijo” puede brillar siempre en tu
corazón.