¿Por Quién Murió Cristo? Una Defensa de la Expiación Ilimitada |
¿Tiene Alguna
Importancia?
El tema de la amplitud de la expiación es más que un tema
teológico. Es un asunto muy práctico. Las Escrituras enseñan claramente que
tenemos buenas nuevas para hombres perdidos. ¿Son estas buenas nuevas solamente
para los elegidos? La manera en que entendamos el evangelio y la expiación
afectará la manera en que presentaremos el evangelio a los perdidos. Hay una
diferencia. El Dr. Jay Adams, en su libro Capacitado para Orientar, dice como
los cristianos reformados deben presentar las demandas de Cristo a los no
salvos:
“Tienen
que presentar las buenas nuevas de que Cristo Jesús murió en la cruz en lugar
de los Suyos, que Él llevó la culpa y sufrió la pena por sus pecados. ÉL murió
para que todos los que el Padre le dio vengan a ÉL y tengan vida eterna. Como
un cristiano reformado, el escritor cree que los consejeros no pueden decir a un aconsejado no salvo
que Cristo murió por él, porque ellos no
pueden decir eso. Nadie sabe, excepto Cristo Mismo, quienes son Sus
elegidos por quienes ÉL murió” (énfasis añadido).
Uno de los grandes misioneros del pasado estaría muy en desacuerdo con
Jay Adams. Lo siguiente ha sido relatado por James Morison: “Uno de los grandes
misioneros de los tiempos modernos (el Sr. Moffat), unos de los más dotados,
uno de los más devotos, uno de los más honrados y exitosos, cuando le pregunté
como por el año 1841, qué evangelio le predicaba a sus pobres africanos, me
respondió que era su máxima y la de sus colegas, decir a todos que Cristo murió
por ellos.”
Los que
creen que Cristo murió solamente por los elegidos, tienen que tener mucho
cuidado, como Jay Adams, en cómo presentan el evangelio. Una vez pregunté a un
calvinista extremo: “¿Por quién murió
Cristo?” Contestó en términos generales: “Cristo murió por los pecadores”. Pero
alguien que cree en la expiación limitada tiene que tener cuidado aún en decir
esto. Si le dice a una audiencia de no-salvos, “Tengo para ustedes buenas
noticias. Cristo murió por los pecadores,” esto sería engañoso, porque podría
estar dando a un no-elegido la falsa impresión de que Cristo murió por él. El
podría pensar, “yo se que soy un pecador, de modo que las buenas nuevas tienen
que ser que Cristo murió por mí.” Si la doctrina de la expiación limitada fuera
cierta, deberíamos decir lo siguiente: Cristo
murió por los pecadores, pero no por todos los pecadores. De hecho, ÉL no murió
por la mayoría de los pecadores, sino solo por unos pocos (comparar Mateo
7:13-14, donde leemos que solo unos pocos serán salvos). Un mensaje como ese,
es buenas nuevas solo para una pequeña minoría de pecadores.
Presentar el
Evangelio con Sinceridad
¿Cómo podemos ofrecer sinceramente a los hombres algo
que no ha sido provisto para ellos? ¿Cómo podemos ofrecerles un don gratuito,
si el don no ha sido adquirido para ellos? ¿Cómo podemos instarles a beber de
la fuente de vida, si el agua no ha sido provista para ellos? ¿Cómo podemos
decirles que sean salvos, si el Señor Jesucristo no ha provisto para su salvación?
¿Cómo podemos decirle a una persona, “Toma la medicina y serás sanado” si no
hay medicina para tomar y no hay sanidad provista? W. Lindsay Alexander
explica: “Sobre este supuesto (el de una expiación limitada), las invitaciones
y promesas generales del evangelio no tienen una base adecuada, y parecen ser
una mera burla, en breve, una oferta de algo que no ha sido provisto”. [W.
Lindsay Alexander, Un Sistema de Teología Bíblica].
Robert Ligthner dice lo siguiente: “A menos que cristo
muriera por todos los hombres, el mensaje del amor de Dios y la muerte de
Cristo tiene que entregarse con mucha reserva, porque podría escucharlo alguien
que no está entre aquellos que Dios ama y por quienes Cristo murió… Por lo
cual, decir a todos los hombres que estas cosas son ciertas y que la salvación
está a su alcance es decir algo que no es verdad si la posición limitada es
aceptada” (The Death Christ Died,
p.15).
Los que creen en una expiación limitada, si son
realmente honestos y sinceros, están obligados a presentar un evangelio muy indefinido:
“Quizás
Cristo murió por ti”.
“Quizás
Dios te amó tanto”.
“Cristo
derramó Su sangre por ti, quizás”.
“La
salvación ha sido provista para ti, tal vez”.
“Posiblemente
Dios encomienda Su amor hacia ti”.
“Esperamos
que ÉL sea la propiciación por tus pecados”.
“Es
posible que Cristo muriera como tu Sustituto”.
“Tal
vez te traiga buenas noticias”.
“Es
posible que Cristo muriera por ti. Si llegas a ser salvo, sabremos que ÉL murió
por ti, pero si continúas rechazándole, entonces ÉL no murió por ti”.
“Cristo
murió por ti solamente si tú crees que ÉL murió por ti (demostrando que eres un
escogido), pero si no crees esto y continúas en tu incredulidad hasta el día de
tu muerte, entonces Cristo no murió por ti”.
Los que sostienen una expiación limitada o determinada
no presentan el evangelio de esta manera, pero ¿una presentación así, no sería
consistente con su teología? ¿No sería esta una manera correcta y prudente y
sincera de compartir el evangelio? Un calvinista extremo debe ser muy cuidadoso
de como presenta la obra de la cruz de Cristo a una persona no salva, porque
nunca puede estar realmente seguro si Cristo proveyó salvación para esa
persona. Como ha dicho Robert Lightner, “Creer en una expiación limitada
significa que las buenas nuevas de la gracia salvadora de Dios en Cristo no
puede ser personalizada. Los que sostienen tal posición no pueden decirle a una
persona a la que están testificando que Cristo murió por ella, porque esa
persona puede, de hecho, ser alguien por quien Cristo no murió”. (Del libro,
Walwoord: A Tribute, p.166).
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