¿LA REGENERACIÓN PRECEDE A LA FE? |
La regeneración es el acto soberano de Dios
por medio del cual imparte Su Misma vida y Su Misma naturaleza la pecador
creyente (Juan 1:12-13; Tito 3:5). El primer nacimiento del hombre es natural;
su segundo nacimiento es espiritual y es sobrenatural. Su primer nacimiento lo
hace miembro de una raza caída; su segundo nacimiento lo hace miembro de una
raza redimida. Su primer nacimiento le da una naturaleza corrupta (Efesios
2:3); su segundo nacimiento lo hace participante de la naturaleza divina (2
Pedro 1:4). En el momento en que una persona nace de nuevo, recibe una nueva
vida (Juan 6:47; 1 Juan 5:12) y una nueva posición como un hijo de Dios (Juan
1:12; 1 Juan 3:1-2). Resumiendo, es una nueva criatura en Cristo (2 Corintios
5:17).
Es imposible ser salvo y no ser regenerado.
Es imposible ser regenerado y no ser salvo. Toda persona nacida de nuevo es
salva. Es un absurdo bíblico sugerir que una persona es salva y regenerada y
que en un tiempo posterior llega a ser un creyente en Cristo. La fe y la
regeneración tienen lugar simultáneamente. Ambos suceden en el mismo instante
de tiempo. Una es la respuesta de un hombre pecador perdido al evangelio; lo
otro es la obra sobrenatural de Dios.
Hoy hay aquellos de convicción Reformada
que enseñan que la regeneración precede a la fe. Dicen que una persona tiene
que nacer de nuevo antes de creer. Dicen que una persona tiene que tener la
VIDA de Dios antes de que pueda creer en Cristo. C.D.Cole
lo explica de esta manera: “El calvinista dice que la vida tiene que preceder
la fe, y que es por lógica la causa de la fe. La fe no generó
el nuevo nacimiento, el nuevo nacimiento generó la fe”. (De un tratado titulado Which Comes First on Conversión- Life or Faith?
Por C.D.Cole).
¿Por qué esos hombres enseñan esto? “Los
calvinistas extremos ponen el nuevo nacimiento antes de la fe, puesto que creen
que seres humanos, espiritualmente muertos, no pueden ejercer fe y, por lo
tanto, necesitan nacer de nuevo antes de poder creer” [C.Gordon Olson, Beyond Calvinism and Arminianism, p.39]. La doctrina de la total
depravación del hombre ha sido llevada al extremo por algunos calvinistas,
resultando en un entendimiento equivocado de la incapacidad del hombre. Ellos
creen que el pecador está muerto en pecado, que es como un cadáver, totalmente
incapaz de hacer cosa alguna. Ellos creen que primero tiene que ser regenerado
y que tiene que tener vida y que solo entonces podrá creer el evangelio. Pero
las Escrituras enseñan que primero tiene que creer para luego poder tener vida
(Juan 20:31).
El carcelero de Filipo preguntó una vez,
“¿Qué debe hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30). Si Pablo hubiese sido un
calvinista extremo, le habría dicho, “No puedes hacer nada para ser salvo,
absolutamente nada. Estás muerto en pecado y un hombre muerto no puede hacer
nada. Si Dios no te regenera, estás perdido”. Cuán diferente fue la respuesta
de Pablo: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo” (Hechos 16:31).
El argumento calvinista común es este: “Se
dice que el pecador depravado está MUERTO (Efesios 2:1). Puesto que está
muerto, es imposible que él crea. Un cuerpo muerto nada puede hacer”. Pero en
Efesios 2:1, Pablo está hablando de muerte espiritual y comparar muerte
espiritual con muerte física es problemático. Una persona que está muerta
físicamente no puede hablar, no puede respirar, no puede reír, no puede
caminar, etc. Pero una persona espiritualmente muerta puede hacer todas estas
cosas. Es erróneo decir que una persona espiritualmente muerta no puede hacer nada.
Aún el calvinista tendría que admitir que puede rechazar a Jesucristo, que
puede orar, que puede leer la Biblia, que puede pecar y que hasta puede hacer
buenas obras en un vano esfuerzo por ganar su salvación. Tiene la habilidad de
hacer todas estas cosas.
¿En qué consiste la incapacidad del pecador
corrupto? El no puede porque no quiere.
Un ejemplo de esto se encuentra en Génesis 37:4 – los hermanos de José “no
podían hablarle pacíficamente”. No eran capaces de hablarle pacíficamente. ¿En
qué consistía su incapacidad? ¿Algo o alguien mantenía sus bocas cerradas para
que no pudiesen hablar? ¿Fueron llevados a cientos de millas de distancia de
José, de modo que les era imposible hablarle? No, ellos no podían porque no
querían. Ellos no querían hablarle de esa manera por causa de la depravación de
sus corazones pecaminosos y envidiosos. ¿Por qué no pueden creer los hombres?
¿Por qué los hombres no vienen a Cristo? “Y no queréis venir a Mí para que
tengáis vida” (Juan 5:40). O, literalmente, “No estáis dispuestos a venir a Mí
para que tengáis vida” (traducción de William Kelly). Su incapacidad de venir a
Cristo se debía a su rechazo de venir a ÉL para tener vida, [Nota importante: si el calvinista extremo fuese consistente
con su creencia, tendría que volver a escribir Juan 5:40 de esta manera: “Y no
tendréis vida para que podáis venir a Mí”. Esto es porque el calvinista enseña
que un pecador muerto no puede venir a Cristo o creer en ÉL a menos que primero
tenga vida].
Estamos de acuerdo en que nadie puede creer
en Cristo sin la gran y bondadosa obra que Dios realiza en el corazón, que
incluye capacitación e iluminación (Juan 6:44,65; Mateo 11:27; 16:16-17; Hechos
16:14). Es interesante que Dios a veces mande a una persona hacer algo que es
totalmente incapaz de hacer por sí misma. Un ejemplo es el hombre de la mano
seca (Marcos 3:1-5). Cristo le dio la orden, “Extiende tu mano”. ¿Cómo podría
hacer ésto si sufría de parálisis? Cristo mandó, el hombre obedeció y Dios
capacitó. Cristo lo capacitó para hacer lo imposible. De igual manera, al
pecador se le ordena creer en Cristo. Si el pecador falla en obedecer este
mandato, entonces es culpable de desobedecer el evangelio (2 Tesalonicenses
1:8). Nunca podrá usar esta excusa: “Señor, la razón por la cual no creí en
Cristo es porque yo era totalmente corrupto y era incapaz de creer”. No, si
Dios ordena, el hombre es responsable de obedecer. “Pero ahora, Dios manda a
todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan” (Hechos 17:30).
¿La regeneración precede a la fe? En
realidad, ambas cosas suceden al mismo tiempo. En el momento en que una persona
cree en el Señor Jesucristo, él es regenerado (nacido de nuevo). En el momento
en que recibe a Cristo por fe, también recibe el don de Dios de la vida eterna.
Todo esto sucede en un instante. Pero por lógica, cuando pensamos en esta gran
transacción, tenemos que ponerle algún orden. ¿Indica la Biblia que una persona
tiene que ser regenerada para que pueda creer o enseña la Biblia que una
persona tiene que creer para ser regenerada? ¿Necesitamos vida para poder creer
o necesitamos creer para tener vida?
La Biblia enseña claramente esto: cree y
vivirás. “De cierto, de cierto os digo: el que cree en Mí, tiene vida eterna”
(Juan 6:47). “Para que todo aquel que en ÉL cree, no se pierda, mas tenga vida
eterna” (Juan 3:15). El calvinista extremo dice, “vive y creerás”. Ruego notar
que no es ésto lo que dice
Juan 1:12: “pero a todos los que fueron regenerados, les dio poder de creer en
Su nombre, dándoles potestad de ser hechos hijos de Dios”. Note también que
Juan 20:31 dice, “creyendo tengáis vida”. No
dice, “teniendo vida, podáis creer”. En su condición perdida y sin esperanza,
al pecador se le dice que MIRE al Señor Jesucristo Y VIVA (Juan 3:14-16;
Números 21). El calvinista extremo dice que una persona tiene que tener vida
para creer. El Señor Jesús enseñó que una persona tiene que creer (venir a
Cristo) para tener vida (Juan 5:40). Recuerde, “venir a Cristo” es sinónimo de
“creer en ÉL” (ver Juan 6:35, 37,
40). ¿Por qué la gente no cree en Cristo? ¿Es porque no han sido regenerados o
porque se niegan a venir a Cristo por fe (Juan 5:40; 2 Ts.2:10, 12)?
R.C. Sproul cree
que la regeneración precede a la fe. Pero a pesar de su doctrina, una vez
escribió lo siguiente: “Cuando Lutero captó la enseñanza de Pablo en Romanos,
él nació de nuevo” (R.C.Sproul, La Santidad de Dios). Tiene que haber escrito estas palabras de
prisa, porque para ser consistente con su teología, él debió haberlo dicho de
esta manera: “Cuando Lutero fue regenerado, él captó la enseñanza de Pablo en
Romanos”.
Si la regeneración precede a la fe, esto
haría la fe innecesaria, puesto que la persona ya sería salva. Si una persona
ha sido regenerada, entonces ha nacido de Dios, es miembro de la familia de
Dios y es poseedor de la vida eterna. Si tú eres un miembro de la familia de
Dios y eres poseedor de la vida eterna, entonces ya eres salvo. Entonces, ¿qué
necesidad hay de tener fe?
Charles Spurgeon reconoció la insensatez de
decir que el pecador tiene que ser regenerado antes de pueda creer:
Si he de
predicar la fe en Cristo a un hombre que ha sido regenerado, entonces el
hombre, habiendo sido ya regenerado, ya es salvo y es innecesario y ridículo
predicarle a Cristo y pedirle que crea para ser salvo, si ya es salvo, puesto
que ya ha sido regenerado. ¿He de predicar la fe solamente a los que ya la
tienen? Es absurdo, en verdad. ¿No sería esto como esperar que el hombre se
sane para luego llevarle la medicina? Esto es predicar a Cristo a los justos y
no a los pecadores.” [Sermón titulado The Warrants of Faith].
En cuanto a que la regeneración precede a
la fe, algunos calvinistas llevan esto a extremos ridículos. Aunque parezca
increíble, ellos realmente enseñan que una persona puede haber sido regenerada
por Dios y no llegar a tener fe en Cristo sino hasta años más tarde.
The Reformation Study Bible (llamada anteriormente The Geneva Study Bible)
afirma ser una clara exposición de la teología Reformada. En la página 1664 hay
un artículo sobre la Regeneración. Es una acotación chocante en cuanto a la
salvación de infantes: Los infantes pueden nacer de nuevo, aunque la fe que
ellos ejerciten no pueda ser tan visible como la de los adultos”. Escribí a
R.C. Sproul (el editor general) para pedir una
aclaración a esta acotación. Recibí una respuesta escrita de su asistente, V.A.Voorhis (con fecha 1.06.2000) en la cual hace la
siguiente afirmación, que es aún más chocante:
Cuando la
RSB habla en sus notas en Juan 3 de “infantes nacidos de nuevo”, está hablando
de la obra de avivamiento que Dios hace en los que inclinan su voluntad hacia
ÉL. En el Protestantismo, la regeneración siempre precede a la fe y si Dios los
aviva, la persona ciertamente vendrá… A menudo, la regeneración y la
subsecuente fe parecen suceder simultáneamente, pero por lógica, la
regeneración tiene que preceder a la fe.
La fe de un infante puede no venir hasta años después que Dios ha obrado por Su
Santo Espíritu para regenerarlo (énfasis nuestro). Dos ejemplos bíblicos de
infantes que fueron nacidos de nuevo se ven en el Salmo 22:2-10 y Lucas 1:15.
De acuerdo con esta enseñanza un niño puede
haber nacido de nuevo o haber sido regenerado como un infante y no venir a
tener fe en Cristo hasta años más tarde. Esto puede o no puede haber sido la
enseñanza de los Reformadores, pero ciertamente no es la enseñanza de la
Palabra de Dios.
Asumamos por un momento que lo que están
diciendo los calvinistas extremos sea cierto. Si la regeneración precede a la
fe, ¿qué tiene que hacer un pecador para ser regenerado? El calvinista extremo
nunca ha respondido a ésto satisfactoriamente. La respuesta de Shedd es típica. Por cuanto el pecador no puede creer, es
instruido a cumplir con los siguientes deberes: (1) leer y oír la divina Palabra;
(2) prestar seria atención a la verdad; (3) orar por el don del Espíritu Santo
para convicción y regeneración. [W.G.T.Shedd,
Dogmatic Theology, Vol.II, pages 472, 512, 513].
La respuesta de Roy Aldrich
a ésto es incisiva: “Una doctrina de total depravación que excluye la
posibilidad de la fe, también tiene que excluir la posibilidad de oír la
Palabra, prestar seria atención a la verdad divina y orar por el Espíritu Santo
para convicción y regeneración. Después de todo, el Calvinista extremo parece que está tratando más bien con un cadáver espiritual vivo”. [Roy L. Aldrich, “The Gift of God”, Biblioteca Sacra, July 1965, pages
248-253].
El problema de esta posición es que
pervierte el evangelio. Se le dice al pecador que la condición para ser salvo
es oración en vez de fe. Es muy contrario a Hechos 16:31, donde no se le dice al pecador que ore
por convicción y regeneración. Al pecador se le dice sencillamente que crea en
el Señor Jesucristo.
Los comentarios siguientes fueron escritos
por Douglas K.Kutilek y son usados con su permiso:
Cuando Pablo describe al hombre no
regenerado como “muerto en delitos y pecados” (Efesios 2:1), yo creo que esta
es una metáfora que ha sido exagerada por algunos escritores calvinistas de entre
mis conocidos. La típica justificación para su punto de vista de “regeneración
antes de la fe” (aunque, inmediatamente anterior, lo cual resulta inevitablemente
y de inmediato en fe salvadora) es que un “hombre muerto no puede responder a
nada – no puede oír, ver, sentir, pensar, tocar, gustar, hacer O CREER, y por
ello, Dios TIENE que regenerarlo y darle vida antes de que pueda creer”. Yo veo, lo que para mí es un problema
insuperable en este punto de vista – estos calvinistas no tienen problema con
un hombre siendo convicto de pecado antes de la regeneración, en algunos casos
la convicción perdura por muchos días, meses o aun años – pero, ¿como puede
un hombre “muerto” (tal como ellos entienden el término) estar bajo
convicción, sentir culpa, sentirse atraído a Cristo, más de lo que pueda
creer? Para ser consistentes, ellos deberían enseñar también la regeneración
antes de la convicción –pero entonces no habría necesidad de convicción. Pablo usa una metáfora cuando dice que el
pecador está “muerto” – el hombre está separado de Dios por su pecado, culpa,
etc., y está corrompido y todo su ser está manchado por el pecado – su
cuerpo, emociones, intelecto, voluntad, etc., todo está contaminado. Esto no
quiere decir que siempre sea tan malo en sus pensamientos y hechos como
podría en la práctica serlo, tampoco quiere decir que el hombre no regenerado
sea incapaz de actos de amor, auto-sacrificio, amabilidad, moralidad, etc.
Pero, tal como Adán, él está separado de Dios por el pecado y no es capaz de
reconciliarse a sí mismo, reestablecerse a sí mismo en el favor de Dios y,
sin la ayuda de Dios, tampoco puede creer. Antes de la regeneración, tiene que haber
una obra de convicción del Espíritu Santo (la esencial atracción del Padre es
ejecutada por la acción del Espíritu Santo). La fe salvadora no es el don de
Dios. (Estoy de acuerdo con A.T.Robertson y Juan
Calvino sobre Efesios 2:8-9, que es la salvación y no la fe lo que es
descrito allí como el “don de Dios”; cf. Romanos 6:23, donde se enseña la
misma cosa – ver también ¿Cuál es el Don de Dios en Efesios 2:8-9?); es mas bien la
respuesta de un pecador, iluminado y convicto por el Espíritu Santo, que
emplea el mensaje del Evangelio como Su instrumento, a la oferta del
Evangelio. Esta obra del Espíritu Santo es esencial para y anterior a la
venida del pecador al lugar en que pueda responder con fe –creer- el
Evangelio. Que esa fe salvadora, necesariamente precede a la regeneración me
parece ser absolutamente requerido por Juan 1:12, donde la fe precede
claramente a la regeneración. - Douglas K.Kutilek |
George Zeller [3/00; revisado 11/02]
Comentarios Adicionales
Bob L. Ross de Pilgrims Publications [P.O. Box, Pasadena, TX
77501] ha escrito una serie de útiles artículos respecto a regeneración y fe.
Ross es una de las principales autoridades respecto a la vida, ministerio y
enseñanzas de Charles Spurgeon.
En el artículo de Ross Regeneración: Strong vs. Berkhof, él muestra el contraste entre Augustus Strong y Louis Berkhof en cuanto a la doctrina de
la regeneración. Berkhof se atiene al punto de vista que la regeneración
precede a la fe y que puede suceder aparte de la predicación de la Palabra. El
peligro de ésto es que puede llevar a aletargar el fervor evangelístico (“si la
gente puede ser regenerada independientemente de la verdad, entonces no hay
necesidad de compartir con ellos el evangelio. Dios los salvará aparte de la
verdad y aparte de la predicación del evangelio”). Strong sostiene la posición
más bíblica que el arrepentimiento y la fe tienen lugar al mismo tiempo. Esta
era también la posición de Spurgeon.
Berkhof ha negado el uso de la verdad o de
la Palabra como instrumento en el nuevo nacimiento. La idea de Berkhof es que
el Espíritu Santo “implanta vida” lo que “capacita” al pecador a responder al
Evangelio y que esta vida puede no manifestarse de inmediato en arrepentimiento
y fe. Strong, por otra parte, enseña que el factor humano está envuelto en el
milagro de la regeneración y que el hombre no es solamente pasivo. Strong enseñaba que la regeneración, el
llamamiento, la conversión (arrepentimiento y fe), y la justificación no están
separados por el tiempo, sino que ocurren en “el mismo instante”. Strong dice,
“El Espíritu usa la Palabra como Su instrumento, pero el Espíritu Mismo es el
que causa la regeneración”. La verdad es vista como “la espada del Espíritu”
que tiene que “ser manejada por el Espíritu Mismo”. “Sólo a medida en que la
mente del pecador entra en contacto con la verdad, Dios completa Su obra de
regeneración”.
Berkhof enseñó que la regeneración y la
conversión son dos cosas distintas, y que pueden por ello suceder en dos
momentos diferentes. En otras palabras, uno puede ser regenerado en un momento
y ser convertido (arrepentirse y creer) tiempo después. “La nueva vida es a
menudo implantada en los corazones de los niños mucho antes de que ellos sean
capaces de oír el llamado del evangelio” (Berkhof). Esto es similar a la
afirmación, citada anteriormente, de la Reformation Study Bible que decía que los
infantes pueden ser regenerados como bebés, y no llegar a la fe en Cristo sino hasta
años más tarde. Strong, por el contrario, enseña que la regeneración (la parte
de Dios) y la conversión (la parte del hombre) suceden en el mismo instante,
sin intervalo de tiempo entre ellos. Strong da la ilustración de una rueda: “La
regeneración y la conversión no están cronológicamente separados. ¿Cuál rayo de
una rueda se mueve primero?”
Ross, al final de su artículo, menciona que
en los años 1800 había ciertos bautistas que llegaron a ser conocidos como los
Bautistas primitivos (o Hardshells)”. Esta posición
fue vista como “hiper-calvinismo”, porque esta gente se oponía a varios métodos
de evangelismo y se oponía a las misiones, porque tenían una visión similar a
Berkhof, que la regeneración era efectuada por el Espíritu Santo aparte de la
verdad como “medio”.
Otro artículo escrito por Ross tiene el título Regeneration in Relation to Faith in Calvinist Theology. Ross señala que el error en el tema de la
regeneración en relación a la fe, llevó al dogma contrario a las misiones de
los bautistas primitivos desde el siglo 19 en adelante. Luego Ross demuestra
que Calvino enseñó que no puede haber regeneración separada de la fe. Ross
también demuestra que el Canon de Dort, la Confesión
de Westminster y Stephen Charnock enseñaron que no
podía haber regeneración aparte de la fe y también que el Espíritu Santo
utiliza la Palabra de Dios como el medio para regenerar a la gente, y nunca
aparte de la Palabra. Estas confesiones reconocen que “hay una obra pre-fe del
Espíritu”, es decir, que el Espíritu de Dios obra poderosamente en los
corazones de los hombres antes del momento en que ellos ponen su confianza en
Cristo. Ross sigue explicando:
Ninguna
de estas Confesiones cataloga la obra pre-fe del Espíritu Santo como
“regeneración”, de modo que los que hoy en día quieren ampliar el término para
abarcar la obra pre-fe del Espíritu, no representan el punto de vista de las
Confesiones de Fe. No deberían, por lo tanto, ser citadas por los críticos del
calvinismo como representativos del punto de vista Calvinista, creando la
impresión de que el calvinismo enseña la “regeneración” antes, sin o aparte de
la fe, que es el corazón de los bautistas primitivos.
Ross luego recomienda la obra de Stephen Charnock (1628-1680) titulada The Word, the Instrumento of Regeneration (La Palabra,
el Instrumento en la Regeneración).
Otro artículo recopilado por Ross lleva el
título C.H.Spurgeon on Regeneration. Es una colección de citas de Spurgeon
relacionadas con el tema tratado. Spurgeon creía que la regeneración y la fe
sucedían simultáneamente. Para Spurgeon era impensable que una persona pudiese
ser regenerada y que en un tiempo posterior creyera en Cristo. Spurgeon
enseñaba que toda persona no-regenerada estaba condenada (Juan 3:18) y que todo
hombre que no está condenado, es un hombre salvo. Que una persona pudiese ser
regenerada y no ser salva, o que una persona pudiese ser regenerada y no ser un
creyente en Cristo, eran para Spurgeon ideas impensables. También son
bíblicamente absurdas.
*** ****** ***