EL
SALVADOR DE TODOS LOS HOMBRES
(1
Timoteo 4:10)
“Que
por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios
viviente, que es el Salvador de todos
los hombres, mayormente de los que
creen” (1 Timoteo 4:10)
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Hay
quienes enseñan que Dios ha provisto salvación solamente para quienes son Sus elegidos. Ellos enseñan también una
expiación limitada, que Cristo murió en la cruz solamente por los pecados de
los elegidos de Dios (por aquellos
que creerán en Cristo y que serán salvos). Esta falsa enseñanza es respondida
mediante el versículo citado arriba. Este versículo enseña que hay un sentido
en el que Dios es el Salvador de todos
los hombres Y que hay un sentido especial (mayormente) en el cual Dios es el Salvador de los que creen.
Timoteo no debería haber tenido problema en entender ésto, porque Pablo ya
había escrito en esta misma epístola que hay un sentido en que Dios es el
Salvador de todos. ÉL es el Salvador de todos los hombres porque ÉL quiere que
todos los hombres sean salvos (1 Timoteo 2:3-4) y porque Cristo murió por todos
los hombres (1 Timoteo 2:6). Pablo también dejó en claro que hay un sentido especial en el cual ÉL es el
Salvador de todos los que vienen a Dios por medio de Cristo y que creen y que
conocen la verdad (1 Timoteo 2:4; 4:3).
Los
calvinistas extremos tienen un problema con este versículo porque la expresión
“todos los hombres” tiene que entenderse aquí como refiriéndose a toda la humanidad sin excepción. El versículo enseña que dentro este gran
grupo de personas, descrito como “todos los hombres”, hay un grupo más pequeño
de personas descritas como “los que creen”. Es obvio, por lo tanto, que “todos
los hombres” describe a un grupo de personas que incluye más que “los que
creen” (más que “los elegidos”). ÉL es el Salvador de todos los hombres. ÉL es
“mayormente” el Salvador de los creyentes (en un sentido especial que no es
verdad en cuanto a los que no son creyentes).
La
expresión “todos los hombres” también se encuentra en 1 Timoteo 2:4. Los
calvinistas extremos nos dicen que en ese versículo “todos los hombres”
significa “toda clase de personas” (ver la traducción de Jay
Adams). Ellos dicen que se refiere a todos los
hombres sin distinción, pero no todos los hombres sin excepción. De modo que
ellos entienden que el “todos los hombres” no se refiere a toda la humanidad,
sino a “los elegidos”, que incluiría a los judíos y gentiles elegidos, a
hombres y mujeres elegidos, a esclavos y libres elegidos, etc. En otras
palabras, de acuerdo con su teología, Dios no quiere salvar a todos los hombres
sin excepción, sino Dios quiere salvar solamente a Sus elegidos que pertenecen
a toda variedad de clase de personas (los elegidos de Dios están entre los
ricos, los pobres, los judíos, los gentiles, etc.). Esto es forzar el texto
para que concuerde con la propia teología.
Debemos
dejar que el texto diga simplemente lo que dice: “Dios quiere que todos los
hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad”. Por cierto, Dios
demostró que ÉL quiere su salvación al enviar a Cristo para morir por ellos (1
Timoteo 2:6).
El
calvinista extremo tiene que encontrar un camino para obviar la clara
afirmación de 1 Timoteo 4:10. Jay Adams
ha tratado de hacer ésto de una manera única en su traducción: “quien es el
Salvador de toda clase de personas, es decir, de los que creen”. El
problema con esto es que la palabra “mayormente” no puede ser traducida como
“es decir”. Adams está tratando desesperadamente de
forzar el versículo para que concuerde con su teología, aún a expensas de
abandonar sanos principios de traducción e ignorando el significado obvio de
las palabras.
¿Cómo
explican entonces los calvinistas extremos este versículo? Ellos arguyen
usualmente que el término Salvador se usa en un sentido temporal y no en un
sentido eterno, lo que significa que Dios es el Preservador de todos los
hombres o el Libertador de todos los hombres, especialmente de los que creen.
Esto es contrario a todas traducciones corrientes que interpretan la palabra como
“Salvador” y no “Preservador”. Su opinión también levanta este problema: ¿Dios
preserva más a los creyentes que a los incrédulos de una manera temporal y
física? Dios permite a menudo que los malos prosperen y que los justos sufran
en esta vida. Cristo prometió a sus seguidores persecución, tribulación y hasta
muerte a mano de los incrédulos. La verdad es que es probable que los que creen
pasen por grandes dificultades en este mundo. Los creyentes tienen que sufrir
por causa de desastres naturales (inundaciones, tornados, incendios, etc.)
igual que los incrédulos. Es cierto que para los creyentes hay ayuda y consuelo
espiritual en medio de sus pruebas, pero, ¿en qué sentido son preservados
temporal y físicamente los creyentes de una manera muy especial, como no lo son
los incrédulos? A menudo parece que los incrédulos son muy bien preservados en
esta vida, mientras que los creyentes son hechos como la escoria del mundo y
son como el desecho de todas las cosas (1 Co. 4:13).
Es
cierto que el verbo “salvar” es usado en diferentes maneras y no significa
siempre salvación del pecado. 1 Timoteo 2:15 habla de la mujer cristiana siendo
salvada del engaño satánico (comparar 1 Ti. 5:14-15). También 1 Timoteo 4:16
está hablando de ser salvado del engaño satánico (comparar 4:1), pero esto no
es un buen paralelo al versículo bajo discusión, porque el tema de 1 Timoteo
4:10, obviamente, no es el engaño satánico.
Es
de ayuda preguntar lo siguiente: ¿Cómo usa Pablo la expresión “Dios nuestro
Salvador”? El término “Salvador” es aplicado a Dios en varios otros pasajes
fuera de 1 Timoteo 4:10. Ver Lucas 1:47; 1 Timoteo 1:1; 2:3; Tito 1:3; 2:10;
3:4, y Judas 25. ¿Alguien se aventurará a decir que en estos siete textos el
significado es “Dios el Preservador”, refiriéndose a beneficios temporales y no
eternos?
El
lugar anterior en el cual Pablo usa este término es muy significativo. Se
encuentra en 1 Timoteo 2:3 (y ver también 2:4 donde es usado “todos los
hombres”). Dios es el Salvador de todos los hombres en el sentido de que ÉL
quiere que todos los hombres sean salvos y que Cristo murió por todos (1
Timoteo 2:4, 6). El versículo se refiere claramente a la salvación eterna.
¿Es
un problema decir que Dios es el Salvador de todos los hombres? Sólo para los
calvinistas extremos que dicen que la obra del Salvador en la cruz nada tiene
que ver con los que no son elegidos. La Biblia habla de Dios siendo “el
Salvador del mundo” (Juan 4:42; 1 Juan 4:14) y sin embargo, es obvio que no
todo el mundo será salvo. La gran mayoría de los que componen el “mundo”
perecerán por causa de su incredulidad y de su rechazo del Salvador que Dios envió
(Juan 3:16-18). Sin embargo, debemos preguntar, ¿cómo puede el mundo rechazarlo
como Salvador si ÉL no es en cierto sentido el Salvador del mundo? ¿Cómo
puede una persona rechazar el evangelio
si Cristo no murió por ella (comparar 1 Co.15:1-4)? ¿Cuáles son las buenas
nuevas que está rechazando? El calvinista extremo no tiene buenas nuevas para
nadie fuera de los elegidos. No puedes rechazar algo que no te ha sido ofrecido
verdaderamente. Si no hay un evangelio que se ofrece a los “no-elegidos”, ¿cómo
pueden rechazar el evangelio?
¿Por
qué se esforzó Pablo diligentemente y por qué estuvo dispuesto a sufrir
reproches mientras se ocupaba del evangelio? Pablo sabía que él tenía un
mensaje para todos los hombres – un mensaje de esperanza, un
mensaje de buenas nuevas, un mensaje de reconciliación. El también sabía que a
medida que este mensaje se difundiera,
sería recibido gustosamente por algunos. Habría algunos que creerían y que
serían salvos. Note la motivación similar expresada por Pablo en 2 Timoteo
2:10. Pablo estaba dispuesto a soportar todas las cosas por causa de los
elegidos, para que ellos obtuvieran la salvación que se encuentra en Cristo (no
para que sólo tuvieran una liberación física y temporal). Pablo sabía que Dios
estaba usando su predicación del evangelio (cuando él proclamaba las buenas
nuevas de Cristo y Su muerte en la cruz a
todos los hombres) como un medio por el cual Dios traería a la fe en Cristo
a los elegidos. Sin predicación no puede haber fe (Romanos 10:14-17). Pablo
estaba dispuesto a sufrir y trabajar y orar con este fin.
“Es
Su voluntad que todos los hombr4es sean salvos y ÉL ha hecho total y suficiente
provisión para la salvación de todos, para que, en lo que a ÉL respecta, ÉL sea
el Salvador de todos los hombres…si Dios así quiere que todos sean salvos,
cuanto más salvará a todos los que ponen su confianza en ÉL” (Alford).
“Mientras Dios es potencialmente el Salvador de todos, ÉL es realmente el
Salvador de los creyentes. Así Jesús es llamado el “Salvador del Mundo” (Juan
4:42) (A.T.Robertson).
“Hasta aquí, ÉL tiene la buena voluntad para la salvación eterna de todos los
hombres y no quiere que nadie perezca….ÉL no desea la muerte de los pecadores;
por eso ÉL es el Salvador de todos los hombres” (Matthew Henry).
Los
que entienden literalmente este versículo no pueden estar en peligro de enseñar
el universalismo. Si Dios salvara efectivamente
a todos los hombres, ¿cómo podrían los creyentes ser salvos en un sentido
especial? El mismo hecho de que el versículo dice que los creyentes son salvos
de un modo especial implica que hay un sentido en el que los incrédulos no son
salvos. Los incrédulos en realidad no son salvos, aunque Dios el Salvador ha
querido su salvación y proveyó para su salvación por la muerte de Su Hijo.
Llevemos con alegría el evangelio a todos los hombres, diciéndoles que hay un
Salvador para ellos que murió por ellos. Exhortémosles a recibir a Aquel que
vino para ser su Salvador. “Os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy en la ciudad de
David, un Salvador, que es Cristo,
el Señor” (Lucas 2:10-12).
George
Zeller (revisado Marzo 2000; Octubre 2003)
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