ROMANOS
CAPÍTULO 11
Dios no ha desechado a Su pueblo, los Israelitas
Romanos 11:1
El último versículo de Romanos capítulo 10 señala claramente que Israel ha rechazado a Dios y ha rechazado el evangelio de Dios. Los israelitas han rechazado a Dios (Romanos 10:21). De modo que la pregunta lógica es ésta: ¿LOS HA RECHAZADO DIOS A ELLOS? “¿Ha desechado Dios a Su pueblo?” La respuesta es un firme ¡NO: Dios no lo permita! ¡Perezca ese pensamiento! ¡Que tal pensamiento nunca venga a nuestra mente!
El principal argumento de Pablo en este capítulo consiste de dos partes: 1) EL RECHAZO DE ISRAEL NO ES TOTAL, SINO PARCIAL. La gran mayoría de los judíos ha rechazado el evangelio de Dios tal como se encuentra en la Persona de Jesucristo, pero no todos lo han rechazado. Hay un remanente de judíos que confiaron en Cristo y Pablo era parte de este remanente (v.1). El versículo clave es Romanos 11:5. 2) EL RECHAZO DE ISRAEL NO ES PERMANENTE, SINO TEMPORAL. La nación no rechazará siempre a Dios. En el futuro vendrá un gran día en que toda la nación será salva (versículos 26-27). Ambas ideas clave se encuentran en Romanos 11:25: “que ha acontecido a Israel endurecimiento EN PARTE (PARCIAL), HASTA (TEMPORAL) que haya entrado la plenitud de los gentiles”. La ceguera no es una ceguera total y no es una ceguera permanente. Hay algunos judíos hoy que ven muy bien. (Ellos conocen a Cristo como a su Salvador, y aunque antes eran ciegos, ahora pueden ver). Viene un día futuro cuando la nación de Israel verá y reconocerá a Cristo como a su Mesías y Señor (Zacarías 12:10).
En este capítulo Pablo mira tanto el presente como el futuro. Cuando él mira el presente, él ve a un remanente de judíos que son salvos (un número pequeño comparado con el número total). Cuando mira el futuro, él ve a todo Israel siendo salvo. Nótense las palabras que enfatizan el tiempo:
1) PRESENTE, mostrando que los judíos tienen un lugar en el programa presente de Dios:”Así también aun EN ESTE TIEMPO ha quedado un remanente escogido por gracia” (Rom.11:5). 2) FUTURO, mostrando que los judíos tienen un lugar en el programa futuro de Dios: “Todo Israel SERÁ (tiempo futuro) salvo” (Rom. 11:26), y esto sucederá después de la plenitud de los gentiles (11:25). Es cierto que han caído, pero su caída será seguida por su restauración (11:12). Su “exclusión” será seguida por su admisión (11:15). Su desgajamiento del árbol de la salvación de Dios, será seguido por su re- injerto (11:17, 19, 21, 24). Dios se ha comprometido a Sí Mismo con la nación de Israel por medio de promesas y pactos y, por esta causa, la nación de Israel tiene garantizado un maravillosos futuro, y Dios nunca cambiará de opinión un cuanto a ésto (11:28-29). Israel puede contar con eso.
“Desechar” = significa literalmente apartar o rechazar (ver Hechos 7:27), de modo que toma el significado de “expulsar, repudiar (desprenderse, suspender todo trato)”. ¿Ha rechazado Dios a Su pueblo? ¿Se ha desprendido Dios de Su pueblo? ¿Ha suspendido Dios todo trato con ellos ahora y en el futuro? ¡DIOS NO LO PERMITA! En verdad, hasta en Romanos 10:21 vimos a Dios con Sus manos extendidas hacia Su pueblo. ¡Dios se preocupa!
Pablo se ofrece a sí mismo como el ejemplo número uno de que Dios no ha desechado a Su pueblo: “Porque también yo soy israelita (y Dios no me ha repudiado)”. Pablo era un judío salvo que había venido a Cristo y que nunca sería echado fuera (Juan 6:37). Nótese que el final del versículo define específicamente a un israelita. Un israelita es alguien que desciende física y literalmente de Abraham, Isaac y Jacob y que ha salido de una de las doce tribus (en el caso de Pablo, de la tribu de Benjamín, comparar Filipenses 3:5). Esto es importante, porque hoy en día hay aquellos que enseñan falsamente que cualquiera que es salvo y pertenece a la iglesia de Dios es un verdadero israelita (aún los gentiles salvos). Esto no es cierto. Dios no ha cambiado Su definición de lo que es un verdadero israelita. Un israelita, al creer en Cristo, puede llegar a ser miembro de la Iglesia, pero llegar a ser miembro de la Iglesia no hace que una persona sea un israelita. Una persona nace como israelita; una persona llega a pertenecer a la Iglesia por el nuevo nacimiento.
Cualquier judío que estuviera familiarizado con el Antiguo Testamento debería haber sabido que Dios había hecho un compromiso definitivo con la nación de Israel y que ÉL nunca ABANDONARÍA o DESECHARÍA esta nación: ver Jeremías 31:35-37 y Jeremías 33:25-26. Los que han creído en Cristo hoy, pueden regocijarse en la verdad de que Dios se haya comprometido con nosotros de una manera maravillosa, con el resultado de que estamos SALVOS y SEGUROS en Cristo para siempre (Juan 6:37-40; 10:27-30; Hebreos 13:5; etc.). Cuando pecamos, el Espíritu de Dios es CONTRISTADO, pero ÉL no nos ABANDONA (Efesios 4:30). Cuando pecamos, somos CASTIGADOS, pero nunca seremos CONDENADOS (1 Corintios 11:31-32).
Romanos 11:2-3
Pablo responde con claridad la pregunta que se encuentra en el versículo 1: “No ha desechado Dios a Su pueblo, al cual desde antes conoció”. Dios ha puesto Su amor sobre este pueblo y lo reclama como Suyo (ver el análisis sobre el significado de “conocer de antemano” bajo Romanos 8:29). ¿Los abandonaría ÉL entonces? Ciertamente que no. “No sabéis”=ignoráis. “Elías”. Para entender el trasfondo del Antiguo Testamento, leer 1 Reyes capítulo 19 (especialmente los vs.10, 14, 18). Cuando Elías dijo, “Ellos han dado muerte a Tus profetas y han derribado Tus altares. . .” se estaba refiriendo a los hijos de Israel (1 Reyes 19:10). Estos eran días negros en la historia de Israel (el reino del norte). El rey, Acab, y su malvada y pagana esposa Jezabel estaban apartando al pueblo de la verdadera adoración a Jehová y llevándolo a la falsa adoración de Baal (el dios canaanita de la fertilidad). Era un tiempo de gran apostasía para los israelitas en general. Elías sentía que había quedado solo. El sentía que era el único que había quedado que aún honraba a Jehová, el verdadero Dios. Todos parecían ser adoradores de Baal, excepto él. Pero Elías estaba equivocado y Dios tuvo que corregirlo.
Romanos 11:4
La respuesta de Dios a Elías se encuentra aquí y en 1 Reyes 19:18. “Me he reservado” = he dejado/guardado para Mí. Dios tenía un remanente de israelitas, siete mil, que no habían doblado sus rodillas a Baal, sino que habían permanecido fieles a Jehová. La gran mayoría de los israelitas se habían alejado del Señor y habían seguido al dios de Jezabel, pero había una minoría de 7000 que no había hecho ésto. Aparentemente era una “minoría silenciosa”, porque Elías no sabía de su existencia, pero Dios sabía quiénes eran, dónde estaban y cuántos eran. “Conoce el Señor a los que son Suyos” (2 Timoteo 2:19).
Romanos 11:5
Lo que era cierto en los días de Elías, también era cierto en los días del apóstol Pablo. En los días de Elías había 7000 israelitas que no habían rechazado a Jehová. En los días de Pablo también había miles de israelitas que no habían rechazado al Señor Jesucristo, sino que habían creído en ÉL. Dios no nos ha dicho cuantos, pero es seguro decir que probablemente había más de 7000 judíos que habían creído en Cristo en el tiempo en que Pablo escribió estas palabras a los Romanos (ver Hechos 2:41 y 4:4). La mayoría de los judíos no creyeron en Cristo, pero había una minoría (un remanente) que creyó, y el Apóstol Pablo formaba parte de este remanente creyente (Rom. 11:1), como también Juan, Pedro, Mateo y miles de otros judíos que habían confiado en Cristo. Este remanente es llamado “un remanente escogido por gracia”. Estos judíos habían creído en Cristo (el lado humano) y había sido escogido por Dios (el lado divino), “no conforme a (sus) obras, sino según el propósito Suyo y la GRACIA” (1 Timoteo 1:9). Siempre ha habido y siempre continuará habiendo un remanente escogido por gracia. En los días de Pablo, no todos los judíos eran salvos. ¡Lejos de ello! Sólo un remanente (ver Romanos 9:27). Gracias a Dios por el remanente creyente. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con los judíos aun después que ellos crucificaran a Su Hijo. Demos gracias a Dios por Su bondadoso trato con Saulo de Tarso, aún después que él persiguiera ferozmente a la iglesia de Dios. En vez de desechar a Su pueblo, Dios extendió bondadosamente Sus manos y salvó un remanente. “Para alabanza de la gloria de Su gracia” (Efesios 1:6). Dios, en Su gracia, se aseguró incluso de que el evangelio llegara “al judío primeramente” (Romanos 1:16).
Romanos 11:5 (continuación)
Nótese con atención la expresión “en este tiempo”. Es muy importante que entendamos el propósito y programa que Dios tiene ahora, “en este tiempo”. Muchas personas ponen sus ojos en lo que está sucediendo en el mundo hoy y se sienten frustrados y confundidos y hasta atemorizados porque no entienden el programa y propósito de Dios para el tiempo presente.
¿Qué está Haciendo Dios en el Mundo Hoy?
1) Hechos 15:14 (el contexto: el evangelio estaba empezando a llegar a los gentiles y esto molestaba a muchos judíos que no entendían lo que Dios estaba haciendo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está visitando a los gentiles (las naciones) para tomar de ellos pueblo para Su Nombre (“para Su Nombre” = para mostrar la grandeza de Su Persona y, en particular, para mostrar la grandeza de Su gracia. Ver Efesios 2:7, donde leemos que la iglesia es la vitrina o el escaparate de la incomparable gracia de Dios).
2) Mateo 16:18 (esta era una predicción de lo que Cristo haría en el futuro, empezando en el Día de Pentecostés, Hechos capítulo 2). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está edificando Su iglesia. La palabra griega para iglesia es ekklesia y se refiere a la asamblea LLAMADA FUERA por Dios. Dios está visitando a las naciones para tomar de ellas pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). ¿Quiénes son estas personas? Ellos son los LLAMADOS FUERA de Dios, Su iglesia.
3) 1 Corintios 12:13 (este versículo explica cómo la gente llega a ser miembro de la iglesia, que es el cuerpo de Cristo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está bautizando (poniendo) a personas (creyentes) en el cuerpo de Cristo, haciéndolos así miembros del organismo especial y único de Dios.
4) Hechos 2:47. ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está añadiendo diariamente a la iglesia los que han de ser salvos. Nótese que Dios está salvando individuos, ÉL no está salvando al mundo. El sistema mundial encabezado por Satanás está condenado y está destinado a la destrucción. Dios bondadosamente salva y saca de este sistema mundial a individuos (Juan 15:19; 17:14). Ilustración: Piense en el Titanic cuando se estaba hundiendo. Se hicieron esfuerzos por salvar a individuos que estaban en los salvavidas o en las heladas aguas, pero no se hicieron esfuerzos por salvar el barco que se estaba hundiendo. El propósito de Dios no es salvar el mundo (que se está hundiendo—1 Juan 2:17). No es el propósito de Dios cristianizar el mundo, para que los gobiernos, los negocios, las escuelas y los hogares del mundo operen de acuerdo a principios bíblicos. No, el propósito de Dios es añadir diariamente a la iglesia aquellos que han de ser salvos. Dios nos ha dicho que pesquemos peces, no que limpiemos la pecera.
5) Romanos 11:25 (que se discutirá con más detalle cuando lleguemos a este versículo). ¿Qué está haciendo Dios en el mundo hoy? ÉL está haciendo una obra especial entre los gentiles hasta que el número total haya entrado. Dios está añadiendo diariamente más y más personas a Su iglesia (Hechos 2:47) a medida de que la iglesia está siendo edificada (Mateo 16:18). Llegará el día en que el edificio estará terminado y en que el último individuo estará salvado y haya sido hecho miembro del cuerpo de Cristo. En ese momento, Cristo regresará para tomar a Sus creyentes a Sí Mismo, un evento conocido como el rapto (Juan 14:2-3; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:51-52; Tito 2:13; Fil. 3:20-21; etc.).
Romanos 11:6
Gracia y obras son dos principios totalmente opuestos. Son contrarios el uno al otro. Si tienes gracia, no puedes tener obras. Si tienes obras, no puedes tener gracia. La salvación no puede ser el resultado de gracia más obras. Tiene que ser enteramente por obras (algo que el hombre se ha ganado por la manera en que ha vivido) o tiene que ser enteramente por gracia (algo que Dios da y que el hombre no merece en manera alguna).
GRACIA se refiere a lo que Dios da al pecador creyente como don gratuito y que él no merece y que él no se ha ganado. Se basa en la obra de Dios en la cruz (Rom. 3:24). OBRAS se refiere a aquellas cosas que el hombre hace para ganarse la aprobación de Dios y el favor de Dios. Se basa en los esfuerzos del hombre, en los inútiles intentos del hombre de tratar de abrirse el camino al cielo. Comparar Romanos 4:4-5 y Gálatas 2:16. Rom. 4:4 habla de OBRAS que implica una recompensa (pago, salario) que se debe a la persona que obra. Hombres pecadores no tienen nada que esperar en el día en que reciban su “cheque” por la manera en que han vivido y obrado, porque la única cosa que se han ganado es la MUERTE (Rom. 6:23). Rom.4:5 habla de “gracia” e implica una justicia perfecta que es otorgada GRATUITAMENTE basada en la obra realizada por Cristo en la cruz.
Comparar Efesios 2:5-9
Nótese el énfasis en la GRACIA (v. 5, 7, 8) y el don gratuito de Dios (v.8). Nótese que puesto que la salvación es por gracia, las OBRAS están excluidas (v.9). Nótense la diferente clase de obras mencionadas en el v.10 (éstas no son obras que una persona no salva trata de hacer para ganarse la salvación, sino son obras que hace una persona que es salva, porque es salva; y estas obras se basan en la obra de Dios EN EL CREYENTE—Filipenses 2:12-13).
Comparar Tito 3:3-8
Nótese el énfasis sobre la GRACIA (v.7) que es definida como la bondad y el amor de Dios hacia el hombre que no lo merece (v.3-4). Nótese que por cuanto la salvación es por gracia, las OBRAS están excluidas (v.5). Nótense las diferente clase de obras que son mencionadas en el v.8 (estas son obras hechas por CREYENTES, y son el fruto de la vida de Dios en el creyente—Mateo 7:18; Santiago 2:14-16).
Considere algunas de las riquezas de la gracia de Dios:
Somos
escogidos por gracia (Romanos 11:5).
Somos
justificados por gracia (Tito 3:7).
Somos
redimidos y perdonados por gracia (Efesios 1:7).
Somos
enriquecidos por gracia (2 Corintios 8:9).
Todas
nuestras necesidades son suplidas por gracia (2 Corintios 9:8; cf. Hebreos
4:16).
Podemos
soportar difíciles pruebas por gracia (2 Corintios 12:9).
Tenemos
consolación eterna y esperanza por gracia (2 Tesalonicenses 2:16).
Nos
acercamos a Dios en oración por gracia (Hebreos 4:16).
Somos
enseñados e instruidos en la vida cristiana por gracia (Tito 2:11-12).
Incluso
es por la gracia de Dios que hemos creído en Cristo (Hechos 18:27).
Ver nuestro artículo, Las Riquezas de SU Gracia.
Pablo lo resumió de esta manera: “Pero por la gracia de Dios soy lo que soy” (1 Corintios 15:10).
La gracia de Dios incluye todo lo que Dios nos ha dado y que nosotros en manera alguna merecemos. La misericordia de Dios incluye todo lo que Dios no nos ha dado y que nosotros sí merecemos por causa de nuestros pecados. ¡Demos gracias a Dios todos los días por Su gracia y misericordia!
Romanos 11:7
Israel (la gran mayoría de la nación) no ha obtenido lo que buscaba con tanto ahínco, pero los escogidos (el pequeño remanente de judíos creyentes) lo obtuvieron. “Los escogidos” del v.7 es equivalente al “remanente” del v.5. Estas expresiones se refieren a aquellos judíos que han puesto su confianza en Cristo durante la presente edad de la iglesia. “Los demás” se refiere al resto de los israelitas que no pertenecen al remanente creyente. En el v.7 encontramos las expresiones “los demás” e “Israel” que se refieren ambas a la gran mayoría de los israelitas que no creyeron en Cristo. Ver Rom.9:31 y 10:3. Los judíos estaban tratando de obtener la justicia de Dios, pero ellos estaban tratando de obtenerlo por la vía equivocada, por las “obras de la ley” (Rom.9:32). El remanente la obtuvo poniendo simplemente su fe en Cristo, quien es el fin de la ley para justicia a todo aquel que cree (Rom. 9:32; 10:4). Estos judíos fueron salvos, pero el resto de los judíos que no creyeron en Cristo fueron ENDURECIDOS (o ENCEGUECIDOS), que es la misma palabra usada en Romanos 11:25 (no todos los judíos están endurecidos o ciegos, pero la mayoría de ellos lo están). El endurecimiento de Israel se explica en 2 Corintios 3:14-16 y ver también 2 Corintios 4:3-4 y 1 Corintios 1:18, 23-24).
El resto ha sido “enceguecido” judicialmente. La retribución de Dios cayó sobre un pueblo que primero cerró sus ojos. Cuando un hombre dice, “No quiero”, puede que venga un tiempo en que diga “No puedo” (Alva McClain, Romanos).
Romanos 11:8-10
Este “endurecimiento” o “enceguecimiento” estaba de acuerdo con las Escrituras del Antiguo Testamento, como Pablo demuestra ahora. Primero él cita de dos pasajes de Isaías (Isaías 29:10 y 6:9). “Espíritu de estupor”= estar lerdo, embotado, obtuso, insensible, sin sentido. Si alguien debió haber reconocido al Mesías, los judíos deberían haberlo reconocido, pero ellos perdieron su sensibilidad espiritual por causa de la incredulidad. Luego Pablo cita a David en el Salmo 69:22-23 (ver vs. 9-10). Este es un Salmo Mesiánico que retrata Salvador sufriente (ver v.21 y compare con Mateo 27:34, 48; Marcos 15:23; Lucas 23:36 y Juan 19:29-30). La nación judía rechazó al Crucificado y aceptaron toda la responsabilidad por lo que hicieron (Mateo 27:25). No deberíamos sorprendernos por el juicio que cayó sobre la nación (incluyendo su ceguera y el endurecimiento de su corazón).
Romanos 11:11
“Tropezar” =trastabillar; caer = arruinarse, caer de tal modo que no hay recuperación, “caer más allá de toda recuperación”. La segunda palabra para “caer” (transgresión) es una palabra diferente que significa un paso en falso, transgresión, pecado (es decir, incredulidad). La misma palabra se encuentra en Rom.5:20 “pecado”. La nación de Israel pecó y cayó y rechazó a Cristo, pero no fue una caída fatal. La nación no ha sido arruinada más allá de toda esperanza de recuperación. Vendrán días mejores. La nación se levantará nuevamente. Cuando Cristo vino la primera vez, la nación “no lo recibió” (Juan 1:10-12). Cuando Cristo venga por segunda vez, la nación bendecirá a su Mesías, justo antes de Su regreso (Mateo 23:39). Hoy en día la nación esta enceguecida y Dios le ha dado “un espíritu de estupor” (Rom.11:8). En el futuro la nación podrá mirar (Zacarías 12:10) y Dios derramará sobre Su pueblo “espíritu de gracia y de oración”. El presente rechazo será seguido por una futura admisión.
El presente rechazo y caída de Israel es una maldición para Israel pero es una bendición para los gentiles, porque “por su transgresión vino la salvación a los gentiles”. Durante la presente edad de la iglesia la gran mayoría de los que son miembros del cuerpo de Cristo son gentiles (aunque damos gracias a Dios por las excepciones judías). Dios está visitando a los gentiles para tomar de ellos pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). Esto está ilustrado en Juan 1:11-12 (los judíos no recibieron a Cristo, de modo que Dios ofrece Su salvación a TODO AQUEL que quiera recibirla). Dios tiene un propósito con la caía de Israel: traer salvación a los gentiles. Dios tiene un propósito en traer salvación a los gentiles: provocar a celos a Israel, para hacer celoso a Israel (ver Romanos 10:19 y también Romanos 11:14). Cuando los judíos rechazaron a su Mesías, Dios tuvo en mente el bien de los gentiles y la salvación fue llevada a ellos (Rom.11:11). Dios, al tratar con los gentiles durante la edad presente, tiene en mente el bien de los judíos, buscando provocarlos a celos por medio de los gentiles.
Tres veces habla Pablo del propósito de Dios de provocar a celos a los judíos por medio de los gentiles (ver Romanos 10:19; 11:11 y 11:14, y comparar Deuteronomio 32:21). Cuando una persona está celosa o envidiosa está diciendo, “Tú tienes algo que yo quiero. Tú tienes algo muy bueno que yo no tengo”. Consideremos ahora algunas de las cosas, que tienen ahora los gentiles salvos, que deberían provocar a celos a los judíos. Estas son bendiciones que deberían poseer los judíos, pero ellos se perdieron estas cosas por causa de su incredulidad. Estas son bendiciones que ahora la iglesia (compuesta mayormente por gentiles) posee y disfruta en Cristo. Considere lo siguiente:
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“Sabed (Israel) que a los gentiles es enviada esta salvación de Dios y ellos oirán (Hechos 28:28; cf. 13:46). |
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“Yo (el
Señor) los bendeciré |
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“Nos escogió en Él antes de la fundación del mundo” (Ef. 1:4). |
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“Porque habéis sido comprados por precio” (1 Cor. 6:20). |
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“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia , paz y gozo en el Espíritu Santo” |
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“Haré nuevo pacto con la casa de Israel. . .porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado” (Jer. 31:31,34) |
“Perdonándoos todos los pecados” |
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“Y pondré Mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra” (Ez. 37:14, |
“Mas vosotros no vivís según la carne sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros” (Romanos 8:9). |
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“Para que fuese (Abraham) padre de todos los creyentes” (Romanos 4:11). Nota: El hecho de que verdaderos creyentes que viven hoy sean los hijos espirituales de Abraham no significa que la iglesia sea el “Israel espiritual”. |
Romanos 11:12
La “transgresión” (caída) de Israel es la “riqueza del mundo”. La palabra “transgresión” es la misma palabra como en el v.11 (“por su transgresión vino la salvación a los gentiles”). La gran mayoría de la nación de Israel ha CAÍDO en incredulidad en esta presente edad, pero el mundo se ha beneficiado. El mensaje de salvación ha llegado a todo el mundo (Marcos 16:15). Las riquezas espirituales son ofrecidas a todos los hombres en todo lugar que quieran simplemente recibirlas por fe en Cristo. ¿Qué clase de “RIQUEZAS” puede poseer el mundo? Romanos 2:4—“las riquezas de la benignidad de Dios”; Efesios 1:7—“las riquezas de la gracia de Dios”; etc. Es por esto que Cristo vino al mundo y murió en la cruz—para que fuésemos enriquecidos” (2 Corintios 8:9).
“Defección” = abandono, disminución, pérdida, reducción. Israel ha estado decreciendo (esto está bien ilustrado en el libro de los Hechos, donde en Hechos 2 la recién formada iglesia se compone solamente de judíos, pero a medida que se avanza por el libro de los Hechos, se encuentran cada vez menos judíos en la iglesia y cada vez más gentiles). Pero en el plan de Dios, Israel tiene un maravilloso futuro. Pablo habla aquí de la “RESTAURACIÓN” de Israel. Esta presente edad de la iglesia es el tiempo de la plenitud de los gentiles (ver Rom. 11:25), pero el milenio futuro será el tiempo de la plenitud (restauración) de los judíos (Rom. 11:12). Israel está ahora en la “etapa de la transgresión (caída)”, pero llegará el día cuando se encuentre en la”etapa de la restauración (plenitud)”. Si las riquezas espirituales llegan al mundo y a los gentiles con Israel “caído”, cuánto más será bendecido el mundo durante el tiempo de la restauración de Israel (durante el milenio: un tiempo de bendición tanto para judíos como para gentiles). El hecho de que Pablo hable de la restauración (plenitud) de Israel es una evidencia sólida de que para los judíos hay preparado un maravilloso futuro de acuerdo al plan y propósito de Dios.
Romanos 11:13-14
Pablo era el “apóstol a los gentiles”. Ver Romanos 15:16; Hechos 9:15 y Gálatas 2:7-8. “Ministerio” =servicio, cago, ocupación; “honro”= reconocer, apreciar, ensalzar. La obra de amor de Pablo entre los gentiles no era hecha sin preocupación por los judíos. Muy por el contrario. Pablo tenía la esperanza de que la gran obra de salvación de Dios entre los gentiles provocara a celos a los judíos, resultando en la salvación de algunos de ellos. La preocupación de Pablo por la salvación de sus hermanos, los judíos, se encuentra a lo largo de estos capítulos (ver 9:1-4; 10:1).
Romanos 11:15
“Exclusión”—esta palabra es diferente a la que se encuentra en el v.1. Dios no ha excluido a los judíos en el sentido de repudiarlos y desconocerlos y finalmente desecharlos (v.1). Ellos siguen siendo Su pueblo escogido, pero muchos (la mayoría) de su pueblo escogido ha escogido rechazar a su Mesías, y por ésto, ellos no pueden disfrutar del favor de Dios (y en este sentido han sido excluidos, como en el v.15). Al rechazo de Cristo por parte de Israel, siguió que Dios alcanzara al mundo con el mensaje de reconciliación (Juan 1:11-12; y ver 2 Corintios 5:19-21). Este versículo es paralelo al v.12 (la transgresión de Israel es paralela a la exclusión de Israel; la restauración de Israel es paralela a la admisión de Israel; y vemos en ambos versículos como el mundo se beneficia tanto por la transgresión de Israel como por su restauración). Israel tiene un glorioso futuro por delante. La nación será ADMITIDA. Su “exclusión” (primera parte del versículo) será sólo temporal, pero vendrá el día en que Dios los recibirá y ellos lo recibirán a ÉL (ver Zacarías 12:9-11: Mateo 23:37-39). Durante la edad presente, durante la exclusión de Israel, el mundo está siendo reconciliado. Durante la edad futura, durante la admisión de Israel, el mundo disfrutará de lo que podría describirse como una resurrección (vida de la muerte). Será como un mundo totalmente nuevo (ver Isaías 11:9). El establecimiento del reino de Cristo sobre la tierra traerá un cambio radical y extenso en cada departamento de la actividad humana, es tan amplio que Isaías habla de ello como “una nueva tierra” (Isaías 65:17). Se anticipará y proveerá para cada necesidad humana. Es durante este tiempo que el himno navideño “AL MUNDO PAZ” encontrará su cumplimiento. Algunos de los resultados serán: todas las guerras serán abolidas (Miqueas 4:3); habrá un gobierno perfecto (Isaías33:22); desaparecerán las enfermedades y deformidades físicas (Isaías 35:5-6; 33:24); habrá un cambio en la naturaleza de los animales (Isaías 11:6-8); etc.
Romanos 11:16
“Si”—Pablo da ahora una explicación más amplia de la futura restauración de Israel, como también de la situación presente de los gentiles. Esta explicación se encuentra en varios de los siguientes versículos que tratan de la ilustración del olivo. “Primicias” se refiere a la masa (“si la parte de la masa ofrecida como primicia es santa, entonces toda la masa es santa”). “Masa” se refiere a todo el amasijo (ver Números 15:17-21 donde de lo “primero que amaséis” era ofrecido al Señor). Como dice Murray, “Lo primero del amasijo dado al Señor significaba la consagración de todo el amasijo”. Después de la ilustración de la masa, Pablo va a la ilustración del olivo, que continua hasta el versículo 24. Todo el amasijo es tan santo como lo son las primicias de la masa. Así también las ramas tienen que ser santas como lo son las raíces. Una raíz santa tendrá ramas santas. Las primicias y la raíz se refieren a Abraham, Isaac y Jacob (comparar Rom.11:28 y 9:5 “los padres”). Los padres eran santos porque fueron escogidos por Dios. Ellos fueron separados y escogidos por Dios con un propósito especial. De ellos provendría la nación especial y santa de Dios (Deuteronomio 7:6-8; cf. Jeremías 2:2-3).
Romanos 11:17
Dios tiene que tener ramas que estén en armonía con las raíces. Los judíos incrédulos no tienen ninguna semejanza con el padre Abraham que “creyó a Dios” (Génesis 15:6). Las ramas naturales se refieren a Israel. Las ramas silvestres se refieren a los gentiles. El olivo cultivado se refiere al lugar de bendición de Dios. El olivo silvestre no es el lugar de bendición (cf. Efesios 2:22-13), pero las ramas del olivo silvestre fueron injertadas en el olivo cultivado y pueden participar así de la raíz y de la rica savia del olivo (Rom. 11:17). Algunas de las ramas naturales fueron “desgajadas”, y el v.20 da la razón de ello (“por su incredulidad”). Ramas silvestres fueron “injertadas en lugar de ellas” por su fe en Cristo—comparar Rom. 9:30-32—y así están en el lugar de bendición. Gentiles creyentes pueden disfrutar de la salvación de Dios y de la justicia de Dios y del Espíritu de Dios—ver Gálatas 3:14 – para que la bendición de Abraham alcanzara a los gentiles por medio de Jesucristo, para que recibiésemos el Espíritu por fe.
Romanos 11:18
“No te jactes contra las ramas (naturales)”. Pablo se está dirigiendo a los gentiles con una fuerte advertencia. Ellos no sustentan a la raíz, sino la raíz los sustenta a ellos, y ellos deben darse cuenta de ello. Ellos están en el lugar en que están, no por algún mérito o bondad de su parte, sino sólo debido a su fe en el Dios de Abraham (Rom.4:12,16).
Romanos 11:19-20
Las palabras de Murray caben aquí: “La jactancia que se condena es la arrogante y presuntuosa confianza de la cual son capaces los gentiles cuando consideran el lugar de privilegio y honor que ellos ocupan por el desplazamiento de Israel. . . .La persona que es llamada a ocupar el lugar dejado vacante por otro, por haberse ejercido disciplina, está expuesta a sentir un placer de auto-justicia por este ascenso, y a mirar al caído con desdén”.
Los gentiles dicen, “Las ramas fueron desgajadas, para yo fuese injertado”. Pablo dice, “Bien dicho. Tienes razón” (v.20). Es cierto que la salvación alcanzó a los gentiles por la transgresión de Israel (v.11), pero los gentiles deben entender por qué esto es cierto. Israel cayó por su incredulidad y fue por su incredulidad que las ramas naturales fueron desgajadas. Es por fe que los gentiles están en pie. Por ello la advertencia: “No te ensoberbezcas, sino teme”. No pienses que no puedas también caer. Si los judíos rechazaron a Cristo por incredulidad, ¿pueden los gentiles hacer ésto también? Esta advertencia ha sido pasada por alto durante estos 2000 años de la historia de la iglesia. Hemos visto como los gentiles han creído que pueden permanecer en el lugar de bendición sin fe genuina en Cristo (sustituyendo la fe por ritualismo, religión, racionalismo, etc.).
Romanos 11:21
Si Dios quitó las ramas naturales (por causa de la incredulidad) que deberían haber sido parte del árbol, ¿cuánto más quitará Dios a las ramas silvestres que realmente no estarían allí, si no fuera por la bondad y la misericordia de Dios? Si Dios no perdonó a los judíos, ¿por qué habría de perdonar a los gentiles? Si Dios juzgó la incredulidad en Israel, ¿no juzgará la incredulidad entre los gentiles? Si el pueblo escogido de Dios cayó en incredulidad, ¿no deberían prestar atención los gentiles para cuidarse de caer en lo mismo?
Romanos 11:22
Pablo, el apóstol a los gentiles (v.13), quiere que los gentiles consideren atentamente tanto la bondad (gentileza) como la severidad (firmeza) de Dios. La severidad de Dios se ve en Su trato con el incrédulo Israel. Ellos han sido cortados del lugar de bendición. La bondad de Dios se ve en Su trato amable con los gentiles creyentes que han participado en las bendiciones de la salvación. “Si permaneces en esa bondad”. La palabra “permanecer” se emplea también en el v.23. Israel no permanecerá para siempre en la incredulidad (v.23), pero sería conveniente que los gentiles se aseguraran de permanecer en la fe, para así continuar en la bondad de Dios, de otra manera serán cortados.
Nota: Este pasaje no debe ser usado como argumento en contra de la sólida doctrina de la seguridad eterna del creyente. Pablo está considerando a judíos y gentiles, pero no está considerando a individuos. Su punto es simplemente el siguiente: Tal como los judíos fueron removidos del lugar de bendición cuando rechazaron a Cristo, los gentiles también serán removidos del lugar de bendición si rechazan a Cristo. Pablo no está hablando de un creyente individual que cree en Cristo y es salvo, y que luego, más tarde en su vida rechaza a Jesucristo como Salvador y pierde su salvación y se va al infierno. Esto es una imposibilidad bíblica. Los que el Padre ha dado a Cristo (verdaderos creyentes) nunca se perderán (Juan 6:37-40; 10:27-30). Dios no solamente nos salva, sino también nos mantiene salvos. El verdadero creyente nunca se apartará final y fatalmente de la fe (aunque pueda tener serios lapsos de fe). Esto está muy bien ilustrado en Lucas 22:31-32. Pedro tuvo un serio lapso de fe y aún negó a su Señor, pero gracias a la intercesión de Cristo, su fe no faltó. Aunque hay tiempos de debilidad y tentación y fracaso, Dios obra en nuestros corazones para que continuemos creyendo: “Que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero” (1 Pedro 1:5). Esto está bien ilustrado en Hechos 27:22-31. La salvación y seguridad de estos hombres estaba predicha y prometida y garantizada por Dios (Hechos 27:22, 24, 25), sin embargo, la manera en que Dios los mantendría salvos era que permanecieran en el barco (v.31). La seguridad de aquellos que están en el “barco de la fe” (verdaderos creyentes) ha sido prometida y garantizada por Dios (Juan 10:27-30), la manera, sin embargo, en que Dios nos mantiene salvos es dándonos repetidas advertencias sobre el peligro de abandonar el barco (apartarnos de la fe). Tales advertencias (como en Colosenses 1:23; Hechos 13:43; Hechos 14:22) son usadas por Dios como medio para mantener al creyente salvo y seguro en Cristo para siempre. Un verdadero creyente permanece siempre en el barco de la fe. Puede caer seriamente en la cubierta del barco (como hizo Pedro), pero nunca caerá fuera de borda.
Romanos 11:23-24
Pablo vuelve a su punto principal acerca de la futura restauración de la nación de Israel (comparar v. 12 y 15). “Ellos” se refiere a Israel (los judíos). Los judíos hoy están en incredulidad (la mayoría de ellos, aunque no todos ellos), y por este motivo no son parte del olivo. Pero si no permanecen en incredulidad (es decir, si creen en Cristo como Salvador), entonces serán injertados en el olivo y estarán una vez más en el lugar de bendición, participando de la raíz y savia del olivo (comparar v.17). Fueron desgajados por su incredulidad (v.20) y pueden ser injertados si creyeren (v.23). Dios, que los removió y desgajó, ciertamente puede injertarlos nuevamente. De hecho, injertar ramas naturales no es tan insólito como injertar ramas silvestres. Lo que Dios hizo con los gentiles es “contra naturaleza”. ¿Cuanto más no serán injertados los judíos (las ramas naturales) en su propio olivo? Después de todo, ese es su lugar, el lugar que les corresponde.
Nota sobre el injertar: Injertar significa insertar o introducir un vástago o brote de una planta o de un árbol dentro de otra planta o árbol, donde el injerto continua creciendo, llegando a ser una parte permanente. “El olivo a menudo crece silvestre, de modo que cuando los árboles son cultivados, deben ser injertados. Un vástago de un olivo cultivado es insertado en el tronco del olivo silvestre, y luego el olivo silvestre es cortado casi por completo y la parte que queda llega a ser la raíz y el alimentador del vástago insertado. Este es el procedimiento común para el injerto. El Apóstol Pablo, a manera de argumento, habla de un injerto contrario al procedimiento natural. El habla de Dios injertando el olivo silvestre de los gentiles dentro del buen tronco de la nación judía, lo cual es contrario a la costumbre (Rom. 11:24)” (Usos y Costumbres en Tierras Bíblicas, Fred H. Wright).
Romanos 11:25
Pablo no quería que los creyentes romanos fuesen ignorantes en cuanto al misterio del endurecimiento en parte de Israel durante la presente edad. En el Nuevo Testamento, un misterio es algo que había estado escondido, algo que permanecía en secreto, algo que no se había dado a conocer previamente a los hombres, pero que ahora se manifestaba y se daba a conocer y se revelaba en la presente edad por los apóstoles y profetas del Nuevo Testamento (ver Efesios 3:4-5; 3:9; Col.1:26; Rom. 16:26). Pablo quería que los creyentes romanos supieran algo que los creyentes de otras edades ignoraban. Moisés, David e Isaías nada sabían de lo que Pablo estaba hablando ahora. Pablo está hablando de una obra especial que Dios está haciendo entre los gentiles durante el tiempo presente (comparar Hechos 15:14). Entre las dos venidas de Cristo y durante este tiempo, Israel está CIEGO. En cuanto a la ceguera de Israel ver 2 Corintios 3:14-16. La ceguera puede ser quitada hoy de un judío individual cuando se vuelve al Señor Jesús; la ceguera será quitada de la nación en la segunda venida, cuando la nación se vuelva al Señor (comparar 2 Corintios 3:16 y Romanos 11:26).
Pablo no quería que los gentiles se hincharan de orgullo (“para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos”), y para prevenir ésto, los creyentes gentiles necesitan entender el programa presente y futuro de Dios para Israel. Pablo resalta dos cosas en cuanto al endurecimiento de Israel: 1) Su endurecimiento es parcial, no es total. Aunque hoy la mayoría de los judíos están ciegos, no todos los judíos lo están. Hay algunos judíos que pueden ver muy bien, porque han recibido a Cristo como su Mesías y Salvador; 2) Su endurecimiento es temporal, no es permanente. Durará “hasta que haya entrada la plenitud de los gentiles” (v.25). La restauración de Israel (v.12) tendrá lugar después que haya entrado la plenitud de los gentiles. Cristo está edificando hoy Su Iglesia que se compone principalmente de gentiles. Dios está visitando las naciones del mundo para tomar pueblo para Su Nombre (Hechos 15:14). En algún momento en el futuro (un momento sólo conocido por Dios) habrá entrado el número total de gentiles (es decir, todos aquellos a quienes Dios tenía el propósito de incluir en Su Iglesia, serán salvos y habrán entrado).
No confundir “la plenitud de los gentiles” (Rom.11:25) con “los tiempos de los gentiles” (Lucas 21:24).
1) LA PLENITUD DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la iglesia en esta edad presente. Dios está añadiendo cada día a Su Iglesia a los que han de ser salvos (Hechos 2:47), y son principalmente (aunque no exclusivamente) gentiles los que están siendo añadidos a este cuerpo. Cuando haya entrado el número total de gentiles, entonces tendrá lugar el rapto de la iglesia (el cuerpo de Cristo estará completo).
2) LOS TIEMPOS DE LOS GENTILES implica la relación de los gentiles con la nación de Israel. Tal como dice en Lucas 21:24—“Jerusalén será hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan”. Scofield define este tiempo como sigue: Los tiempos de los gentiles son aquel largo período que comienza con la cautividad babilónica de Judá bajo Nabucodonosor y que llegará a su término con la destrucción del poder mundial gentil por la ‘piedra cortada no con mano' (Daniel 2:34, 35, 44), es decir, con la venida del Señor en gloria (Ap. 19:11, 21). Hasta entonce, Jerusalén estará sometida al gobierno gentil” (Lucas 21:24).
En cuanto a “la plenitud de los gentiles”, son los gentiles quienes están siendo salvos y que son añadidos a la iglesia hasta que el cuerpo de creyentes esté completo. En cuanto a “los tiempos de los gentiles” son los gentiles los que están gobernando sobre Jerusalén y controlándola hasta la segunda venida de Cristo. Aunque estas dos frases se parecen, deben ser distinguidas (a menudo Rom. 11:25 se asocia erróneamente con Lucas 21:24 en referencias cruzadas en los márgenes de las Biblias, etc.). Debemos diferenciar las cosas que son distintas.
Romanos 11:26
Después que haya entrado la plenitud de los gentiles (v.25), vendrá la restauración de Israel (v.12; v.26 “todo Israel será salvo”). Este versículo predice claramente la futura salvación de la nación de Israel. También nos dice el tiempo en que sucederá esto: cuando el gran LIBERTADOR venga a Sion (una clara referencia a Jesucristo en Su segunda venida—comparar Isaías 59:20). Israel tiene un brillante futuro. Debe notarse que hoy la nación de Israel no es una nación PIADOSA. Es una nación incrédula y en su mayor parte, es una nación que rechaza a Dios (los que no honran la Hijo, no honran al Padre—Juan 5:23, y los que niegan al Hijo, no tienen al Padre –1 Juan 2:23). Pero llegará el día en que Cristo, el Libertador, quitará la impiedad de esta nación e Israel será una nación temerosa de Dios y una nación que honrará a Dios.
Romanos 11:27
La salvación nacional de Israel (v.26) fue garantizada por un pacto especial que Dios hizo con esta nación. Un compromiso de este pacto era que los pecados de Israel serían quitados. ¿Qué pacto era éste? Esto es claramente una referencia al NUEVO PACTO del cual leemos en Jeremías 31:31-34 (nótese al final del versículo 34 la notable promesa, “Porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado”). En el v.27 las palabras “ellos” y “sus” se refieren a “Israel” y a “Jacob” del v.26. Jeremías 31:31 indica claramente que el nuevo pacto se hizo con la casa de Israel y con la casa de Judá (de modo que incluye a toda la nación). Este versículo entrega en el Nuevo Testamento la prueba de que Dios cumplirá Su promesa del nuevo pacto a la nación de Israel en el futuro.
Nota: Hay muchos que enseñan que Dios ha terminado con la nación de Israel y que Dios no cumplirá Sus promesas del nuevo pacto con esta nación. Ellos enseñan que la iglesia es el “verdadero Israel de Dios” y que las promesas del nuevo pacto se están cumpliendo en la iglesia basados en pasajes tales como Mateo 26:28; 2 Corintios 3:1-8 y Hebreos 8:6-13; 10:16-17. Aunque es cierto que los creyentes de este tiempo participan de las bendiciones del Nuevo Pacto (ver los pasajes recién citados) para provocar a celo a Israel (ver comentarios bajo Romanos 11:11), también es cierto que Israel recibirá todas las bendiciones del Nuevo Pacto prometidas cuando regrese Cristo, como se enseña en Rom. 11:26-27. En verdad, los versículos 28-29 muestran la imposibilidad de que Dios falle en guardar estas promesas a Israel. Considere atentamente lo que Dios dijo por medio de Jeremías respecto a lo que tendría que suceder para que Israel ya no fuera una nación delante de Dios—Jer. 31:35-37 y Jer. 33:19-26. Esto es todo un desafío para todos los que son antisemitas. ¡Esto es todo un desafío dado por Dios a quienes desean destruir a Israel!
Romanos 11:28
En cuanto al evangelio, los judíos son enemigos; en cuanto a la elección, los judíos son elegidos por Dios y son objeto de Sus inalterables promesas que ÉL hizo a Abraham, Isaac y Jacob. En los primeros días de la iglesia (como se ve en el libro de los Hechos) la mayor oposición a la predicación del evangelio vino de los judíos incrédulos. Esto se ve quizás más claramente en 1 Tesalonicenses 2:14-16 (estas son palabras muy fuertes, pero recuerde que fueron escritas por el mismo Apóstol que escribió Romanos 9:1-4 y 10:1). La incredulidad y hostilidad de ciertos judíos no alteran las promesas de Dios para con la nación que Él ha escogido (ver Deuteronomio 7:6-8 y Deut. 10:15). Romanos 11:28 es de gran ayuda para mostrar la actitud que debemos demostrar hoy hacia el pueblo judío. Por una parte no debemos excusar o minimizar el mal que están haciendo. No deseamos llegar a ser tan “pro-Israel” que pretendamos que ellos no pueden hacer ningún mal. Dios aún no ha quitado la impiedad de esta nación (ver v.26) y hay bastantes acciones impías cometidas por el pueblo judío. Por otra parte, no deseamos olvidar el lugar muy especial que esta nación tiene en el plan y programa de Dios y esperamos con emoción el cumplimiento de todas las promesas de Dios a esta nación. En los días de Moisés y Balaam se hizo un esfuerzo por parte de los paganos de MALDECIR a la nación de Israel, pero lo que Dios ha bendecido, el hombre no lo podrá maldecir (ver Números 23:20), porque Dios llevará a cabo todo lo que Él ha dicho y todo lo que ÉL ha prometido (ver Números 23:19).
Romanos 11:29
Aquí está la razón por la cual Israel sigue siendo una nación amada delante de Dios. “Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. Dios no cambiará de parecer y no alterará Su futuro plan y programa para Israel. El compromiso de Dios para con esta nación es IRREVOCABLE (algo que Dios no modificará). Dios no cambiará de opinión. Dios no alterará Su Palabra o Sus promesas hechas a Abraham, Isaac y Jacob. Dios ha hecho un compromiso con este pueblo y ÉL no lo quebrantará.
Romanos 11:30-32
Este versículo está hablando de los gentiles (“vosotros” =los gentiles) y el versículo siguiente habla de los judíos (“éstos” y “ellos” (v.31)= los judíos). Como ha dicho Newell, “nuestra historia gentil se resume en las palabras “desobedientes a Dios”, nuestra posición presente en las palabras, “habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos (de Israel)”. Dios se deleita en ser misericordioso para con los miserables, para con los que no lo merecen. En el v.31 leemos que hoy en día los judíos son desobedientes e incrédulos, pero ellos también obtendrán misericordia en el futuro. Por la incredulidad de Israel, los gentiles reciben ahora misericordia (v.30); por la misericordia de Dios mostrada a los gentiles, Israel obtendrá misericordia algún día (v.31). Ver también Romanos 11:11 donde encontramos la misma verdad (Israel cayó, para que la salvación pudiera llegar a los gentiles; los gentiles provocan a celos a Israel, para que Israel pueda llegar a ser salvo). La misericordia de Dios se derrama sobre aquellos que no merecen otra cosa sino Su ira (v.32).
Romanos 11:33-36
Pablo termina esta sección con una gloriosa doxología, rebosando en alabanza por la inescrutable sabiduría de Dios. Las palabras de Pablo están en agudo contraste con la persona mencionada en Rom. 9:19-20 que estaba alegando contra Dios. Con humildad de corazón, Pablo adora a Dios, confesando que hay mucho en cuanto a Dios y en cuanto a los caminos de Dios que él no entiende, sin embargo sabe con toda confianza que Dios hace solamente lo que es perfectamente sabio y mejor. Dios no necesita consejeros humanos. Antes bien, nosotros necesitamos inclinarnos ante ÉL y someternos a Su consejo. Dios es el gran Maestro. Nosotros no le enseñamos a ÉL, sino ÉL nos enseña a nosotros (v.34). Dios es el gran Dador (v.35). ¿Qué tenemos nosotros que no hayamos recibido de ÉL? (Comparar 1 Corintios 4:7). Dios nada nos debe, nosotros le debemos a ÉL.
En el último versículo (v.36) vemos cuán centrados en Dios eran el pensamiento y la teología de Pablo (en contraste con los múltiples acercamientos humanistas y centrados en el hombre del día de hoy):
“DE ÉL”—literalmente “saliendo de ÉL”. Dios es el origen de todas las cosas. ÉL es el comienzo de todas las cosas. Todo proviene de ÉL. Todo empieza con ÉL. ÉL es el Alfa (la primera letra del alfabeto), el Comienzo.
“POR ÉL”—todo pasa por Dios. ÉL es el canal de todo. ÉL está totalmente involucrado en todo. Nada puede quedar fuera de Su plan y propósito. Todo tiene que fluir a través de ÉL y nada puede suceder sin ÉL.
“PARA ÉL”—ÉL es la meta de todas las cosas. Todo tiene que terminar en Dios. ÉL es el propósito y la meta final de todas las cosas. ÉL no es solamente el Alfa, ÉL también es el Omega; ÉL no es solamente el comienzo, ÉL también es el final. ÉL no es solamente el Primero, ÉL también es el Último. Qué podemos decir, sino, “¡A ÉL SEA LA GLORIA POR LOS SIGLOS! ¡AMÉN!”
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