CAPÍTULO  12

 

El Señorío de Cristo

 

La Receta de Dios

 

 

Dios tiene un remedio o una receta para cada creyente. Si esta receta es seguida con cuidado, resultará en salud espiritual y en la necesaria habilidad y estabilidad para encarar el ambiente en el que vivimos (las personas, problemas y presiones que nos rodean). Esta receta consta de cinco partes:

 

1) RECONOCE Con Tu Mente (Romanos 12:1)

 

RECONOCE con tu mente el Señorío de Cristo y RENUNCIA (desiste, no reconozcas) el Señorío del YO (yo, mi y mi mismo). Define la pregunta de quien es el Señor. ¿Es Cristo el Señor o no lo es? ¿Tiene ÉL el derecho de controlar mi vida o no lo tiene? ¿Es ÉL Supremo o no? ¿Debo yo ser el Señor (jefe) de mi vida o debe serlo ÉL? Quién debe dirigir mi vida--¿el Señor o yo?

 

Leemos en Romanos 12:1 que la única cosa lógica y razonable que puede hacer un creyente es P________________ su C____________ al Señor. Esta es la única cosa realmente lógica y que realmente tiene sentido, en vista de lo que Cristo ya ha hecho por nosotros. ¿El Señor quiere una parte de ti o quiere todo de ti? Si Dios tiene tu cuerpo, ¿qué incluye eso? Marca la afirmación siguiente que demanda más de un creyente:

 

“Presenta tu cuerpo al Señor.”

 

“Presenta $100.00 al Señor.”

 

“Presenta todos los domingos en la mañana dos horas de tu tiempo al Señor.”

 

Cristo lo dio todo por ti (Romanos 5:8) y ÉL demanda todo de ti.

 

 

 

LA PARÁBOLA DE LA GALLINA Y EL CERDO. Un granjero se acercó a una gallina y a un cerdo y les hizo una pregunta de conciencia: “Quieren contribuir a un desayuno con jamón y huevos.” Para uno era solo una contribución. Para el otro significaba un sacrificio total. El creyente ha de entregarse totalmente en las manos de Dios, tal como lo hicieron los creyentes de Macedonia, “y no como lo esperábamos, sino que A SÍ MISMOS SE DIERON PRIMERAMENTE AL SEÑOR” (2 Corintios 8:5). Podemos hacer esto cuando recordamos que el Señor dio todo por nosotros.

 

Lo que Dios pide, yo le entrego.

Lo que a Dios entrego, Dios lo acepta.

Lo que Dios acepta, ÉL lo llena.

Lo que Dios llena, ÉL lo usa.

 

 

Cristo, o es Señor de todo o no es Señor de nada. ¿ÉL es realmente Señor? ¿Lo has resuelto?

¿Quién está en el trono de tu vida?

 

 

Cristo es el Señor, el Jefe y el DICTADOR (de una buena manera—alguien que tiene completo poder y absoluto control). [El término “dictador” generalmente se refiere a un hombre pecador que ha obtenido el poder absoluto de un país y los resultados son desastrosos. De modo que, por lo general, el término se usa en un sentido negativo. Sin embargo, cuando Dios es el Dictador, solo puede resultar algo bueno]. El creyente sumiso tiene que estar atento cuando ÉL habla y estar listo para obedecer cada una de Sus Palabras. La actitud equivocada es ésta: “Hoy seguiré mis planes y deseos; quizás mañana haré lo que Dios quiera”.

 

La actitud correcta es esta: “Acepto la voluntad de Dios y estoy dispuesto a hacer Su voluntad CUANDO QUIERA (ahora mismo), DONDE QUIERA (yo iré a cualquier lugar donde me envié), COMO QUIERA (Sus caminos son los mejores) y LO QUE QUIERA (a pesar del costo o sacrificio que pueda significar). Yo no debo RECONOCER solo que ÉL es EL SEÑOR, sino también tengo que reconocer que ÉL es M___ SEÑOR (Juan 20:28).

 

2) DECIDE Con Tu Voluntad (Romanos 12:2)

 

Por un acto de voluntad (ver capítulo 5), el creyente tiene que tomar la decisión de someterse a Su Señorío y dejarle a ÉL ser realmente Señor en todas las áreas de su vida. No es suficiente saber que la medicina está en el gabinete. La medicina tiene que ser usada e ingerida (tragada). Una persona tiene que decidir tomar la medicina o no le hará ningún bien. Un creyente tiene que decidir dejar que Cristo sea el Señor.

 

En Hebreos 4:2 leemos que la Palabra de Dios no fue de provecho para los hijos de Israel. No les hizo ningún bien. ¿Por qué no?

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El Dios vivo es muy bueno en Su trabajo (en ser SEÑOR y REY). Debemos dejar que ÉL haga Su obra en nuestras vidas. En Romanos 12:2 se nos dice que no permitamos que el mundo nos fuerce dentro de su molde. Los que tienen a Cristo como Señor no han de vestir, parecer, hablar, actuar y pensar como el mundo. La palabra “conformar” habla de una influencia mundana que viene desde afuera (el mundo trata de amoldarme e introducirse en mí). La palabra “transformar” habla de una influencia piadosa que sale de adentro—Dios obrando en mí (Filipenses 2:13) para que Su vida y luz se dejen ver.

 

 

 

 

DECIDE confiar en ÉL y dejarle ser realmente Señor. No digas solamente que ÉL es Señor, sino demuestra que ÉL es Señor.

 

He decidido acudir al Salvador,

Dejando mi pecado y mi lucha;

ÉL es el Verdadero, Él es el Justo,

Él tiene palabras de vida.

 

He decidido seguir al Salvador,

Fiel y verdaderamente cada día;

Oír Su Palabra, hacer Su voluntad,

ÉL es el Camino vivo.

 

3) APÓYATE En el Señor (Isaías 26:3-4)

 

Tengo que APOYARME en que ÉL es Señor. Tengo que poner todo mi peso sobre Él y depender de que ÉL me sostenga. “Señor, cuento con que TÚ eres el SEÑOR de mi vida, el SEÑOR de mi problema, el SEÑOR de mi situación y el SEÑOR de todo. Espero que Tú lo hagas. Yo sé que yo no puedo hacerlo. No puedo confiar en mí mismo. Deseo que Tú seas el Señor de mi vida.”

 

Nótese la palabra “CONFIAR” en Isaías 26:3-4. ¿Cuántas veces he de confiar en el Señor y apoyarme en ÉL (v.4)? ______________ (no solo ahora, sino esta noche, mañana y siempre). Los que confían y se apoyan en ÉL nunca serán desilusionados. ÉL nunca dejará de sostener a quienes se apoyan totalmente en ÉL.

4) DESCANSA en el Señor (Isaías 30:15)

 

En Isaías 26:4 la expresión “fortaleza de los siglos” significa literalmente “la ROCA eterna” o la ROCA de los siglos”. ÉL es el fundamento, la ROCA y debemos DESCANSAR en ÉL. Como dice en Isaías 30:15: “en D________________ y en R_____________ seréis salvos (libertados, rescatados)”.

 

 

NOTA: Las dos primeras recomendaciones se encuentran en Isaías 26:1-2. Los judíos tenían que RECONOCER que Jehová está reinando, que ÉL es el centro de la nación, que ÉL es el Señor y Rey y que Él tiene el derecho de gobernar (v.1). Los judíos tienen que DECIDIR ser justos en Su justicia, porque no hay justicia fuera de ÉL (v.2).

 

¿Hay algún otro fundamento (1 Corintios 3:11)? ______ ¿Hay alguna necesidad de buscar otro fundamento? _____ Por lo tanto, si no estás sobre ese fundamento, ¡REGRESA! Si estás sobre el fundamento, PERMANECE ALLÍ (DESCANSA). No corras, no cambies, no te desvíes, no salgas de tu posición, no te muevas. “Estad firmes” (1 Corintios 15:58). Descansa solamente. ¿Descansaron los judíos o se negaron a descansar (Isaías 30:15)? _______________________________

 

5) Relájate (Isaías 30:15)

 

Nótese la segunda parte de Isaías 30:15: “en Q______________ y en confianza será vuestra F______________.” Quietud se refiere a ese estado mental relajado de alguien que no está ansioso o agitado. A medida que el creyente descansa en el fundamento sólido, él puede relajarse y puede disfrutar del Señorío de Cristo.

 

Si yo estuviera en control de las cosas, tendría que angustiarme y preocuparme. Pero como el Señor está en control y como ÉL DOMINA toda situación, yo puedo relajarme y disfrutar de Su presencia y provisión.

 

Podemos ilustrar la diferencia entre DESCANSAR y RELAJARSE: un hombre está andando por un camino llevando una carga pesada en su espalda. Está muy cansado por el largo camino y la pesada carga. Un campesino viene por el camino en un tractor arrastrando un carro. Se detiene e invita al cansado viajero a subirse al carro. El hombre sube al carro y se sienta, pero su pesada carga está aún sobre sus espaldas. El está DESCANSANDO todo su peso sobre el carro, pero sigue soportando innecesariamente su pesada carga. Finalmente el campesino lo anima a quitar la carga de sus espaldas y ponerla en el piso del carro. El lo hace así. Ahora no está solamente DESCANSANDO su peso sobre el carro, sino también se está RELAJANDO y disfrutando del viaje y de la libertad que ahora tiene al haberse despojado del peso que por tanto tiempo lo había agobiado.

 

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Estos cinco pasos pueden ilustrarse por el simple acto de sentarse en una silla: 1) reconozco que la silla me puede soportar; 2) decido sentarme sobre ella; 3) me apoyo poniendo en ella todo mi peso, 4) descanso en la silla y me quedo allí; 5) me relajo y disfruto de los beneficios de sentarme en la silla.

 

Supongamos que tuvieras que enfrentar una cirugía mayor. ¿Cómo podrías practicar estos cinco pasos en relación a tu cirujano y tu operación?

 

1)

2)

3)

4)

5)

 

¡Tenemos que hacer lo mismo en relación a nuestro Gran Médico, el SEÑOR Jesucristo!

 

 

¡JESUCRISTO ES SEÑOR!

¿ES ÉL TU SEÑOR?

 

 

PUEDES CONFESAR QUE ÉL ES SEÑOR…

 

AHORA (Romanos 10:9)

 

o

MÁS TARDE (Filipenses 2:11)

 

 

PUEDES DOBLAR TUS RODILLAS ANTE EL SEÑOR…

 

AHORA (Hechos 9:6)

 

o

MÁS ADELANTE (Filipenses 2:10)

 

¿Cuándo quiere Dios que hagas estas cosas (2 Corintios 6:2)?

 

¿Cuándo es el mejor momento para que digas “ÉL ES MI SEÑOR” y disfrutar de Su Señorío

(Su habilidad de ser Señor)? ¿POR QUÉ?

 

¿Qué autoridad tiene ÉL sobre tu vida? ¿Manejas tú tu vida o maneja ÉL tu vida?

 

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